NARRADOR.
Al día siguiente, lo único que salvó a Chiara y Ruslana del castigo que debían cumplir esa semana fue el último partido del torneo de fútbol de las chicas, sería el decisivo y aunque se hubieran librado del castigo, del banquillo no se librarían tan fácil. El profesor de educación física, también el entrenador y árbitro tanto de las chicas como de los chicos les había dejado sumamente claro que estarían el 90% del tiempo sentadas en la banca que estaba pegada a las gradas donde todos los alumnos, adolescentes y niños las observaban. Martin, que se percató cómo la medio inglesa y la ucraniana se dejaban caer con pesadez al banquillo, fue bajando por las gradas hasta llegar a estar de cuclillas detrás de ellas, rezando para no ser pillado por ningún adulto presente.
– ¿Os coméis el banquillo hoy? – preguntó para romper el hielo y las dos chicas se asustaron al escuchar su voz – Pringadas.
– Oye, no te pases – habló Chiara.
– ¿Qué quieres? – preguntó la pelirroja siendo más dura y borde que Kiki. Demostrando una vez más como Chiara era parecida a un golden retriever y Ruslana un gato negro con mucha malicia.
– A ver, no quiero que me llaméis cotilla ni nada de eso, pero ayer os vi – confesó el chico con bigote, haciendo que su mejor amiga se girara del todo para mirarlo y él la empujó para hacer que mirara hacia el frente para así cubrirle.
– Martin, si no especificas más...– habló la pelinegra, dejando la frase a medias.
– ¿Nos viste dónde? – preguntó Ruslana – Si yo no iría con esta ni a comprar pipas – bufó, sonriendo por su propio chiste y ganándose una mala mirada por la pelinegra.
– En el baño, – prosiguió el chico – vamos que vi como os liabais y vaya beso.
– ¿Y tú qué hacías en el baño de chicas? – cuestionó la pelirroja, con el ceño fruncido levemente – ¿Me espías o como va la cosa?
– Ay, Rus, no seas tan creída – respondió – ¿Para qué te voy a espiar yo a ti? Lo que pasa es que no había nadie por los pasillos y hay que aceptar que vuestro baño está más limpio que el mío y ya me entendéis...
– No te líes, Martin, te hemos entendido perfectamente – le interrumpió la medio inglesa – No vas a contar nada, ¿verdad?
– ¿Pero por quién me tomas, Kiki? – preguntó el chico, llevándose una mano al pecho dramáticamente y fingiendo dolor en la zona – Yo callado como una puta, pero creo que merecéis algún consejo que otro.
– Nos sirve con que te calles, gracias – Ruslana volvió a hablar, abriendo las piernas y posando los codos en sus rodillas echándose hacia delante. Recibió un golpe por Chiara en el hombro al acabar de hablar.
– Ni caso, Martin.
– A mí no me importa lo que hagáis o dejéis de hacer, os apoyo en todo y me parecéis monísimas, pero os recuerdo que en este internado los cotilleos vuelan y tenéis que tener mucho cuidado – aconsejó, alargando la "u" de la penúltima palabra –. No os olvidéis que es un internado religioso y vivimos rodeados de monjas.
– Tienes razón, Martin – respondió la pelinegra con una preocupación instalada en el pecho –. Gracias por guardarnos el secreto.
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Amén - Ruski
Fanfiction(Historia ficticia de Ruslana y Chiara) Ruslana es una rebelde considerada por sus padres, pero ella se ve como una auténtica rockstar; sale a escondidas de casa, tiene un círculo social que no la influye para nada bueno y se pasa todas las noches...