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Cecy Cordero

Han pasado unos 3 días desde que Alexis entró a la secundaria. Aun él y yo no hemos cruzado palabra alguna, ni siquiera un “hola” o un “¿cómo estás?”, y eso que se junta con Abdiel, Laura y Alejandro, está con nosotros, pero él y yo no hablamos. Claro que él no pierde oportunidad para hacerme sentir incómoda con sus sonrisas y miradas.

Estamos en la cancha, en clase de educación física. La profesora nos está explicando sobre el equipo de fútbol de la escuela.

—Díganme, ¿quién está interesado en ser parte del equipo de fútbol? —pregunta la maestra.

El primero el levantar su mano es Alexis.

—Pasen al frente, por favor.

Alexis se pone enfrente, seguido de él van otros compañeros más, entre ellos Gibrán, Carlos, Axel, entre otros.

—Les haré unas pruebas físicas, para ver si sí pueden ser parte del equipo —dice la profesora.

La maestra primero les hace las pruebas a Gibrán, a Carlos y a Axel. De ellos tres el que mejor juega es Carlos, aunque Axel no se queda atrás.

—Turno de Alexis Salvador.

Como es de esperarse, Alexis es el mejor. Incluso deja impresionada a la maestra, algo que ninguno de los otros hizo. Hasta nuestros compañeros se sorprenden mientras murmuran entre ellos. Cuando termina regresa con los demás y todos los felicitan.

—Los que nombre dan un paso al frente —dice la maestra mientras mira su libreta—. Carlos Cantú, Axel Álvarez y Alexis García —los mira—. Felicidades, ustedes están dentro del equipo.

Los tres se felicitan y los demás del grupo también. Yo felicito a Carlos y a Axel, ambos son mis amigos. A Alexis no le hablo y ni él a mí, aunque claro que me alegra que haya quedado en el equipo porque sé que jugar fútbol es lo que más ama hacer.

Alexis se va acercando a donde estoy, pero no va conmigo, sino con Abdiel, Laura y Alejandro.

—¡Sí quedé! —dice con emoción.

—Qué bueno, Alex —Laura le da un gesto amable.

Abdiel y Alejandro también lo felicitan, pero yo ni siquiera lo volteo a ver.

—Bueno, iré a tomar agua —se va.

—Cecy —habla Laura—, ¿por qué no le hablas a Alexis?

—Es cierto, cada que se acerca ni lo volteas a ver —agrega Abdiel.

—Pues es amigo de ustedes, no mío —respondo.

—¿No te agrada? —pregunta Abdiel.

—No es solo, solo que no es mi amigo y ya.

—¿Segura? —pregunta Alejandro.

—Sí, segura.

—¡¡Muchachos, ya es hora de entrar al salón!! —grita la profesora de educación física.

Todos caminamos al salón, el cual está arriba del edificio en donde está el salón de electrónica.

—Sientense en sus lugares y saquen una hoja y algo para anotar los siguientes ejercicios que realizarán en la siguiente clase y deben practicar —escribe en el pizarron.

Al abrir mi mochila y querer sacar un cuaderno, me encuentro con algo, un sobre blanco, el que tiene escrito “Cecy”, pero no tiene remitente.

Conozco esta letra...

—¿Qué pasa, Cecy? —me pregunta Alejandro, quien está sentado al lado de mí.

—No, no nada —respondo.

Todo cambió. Libro #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora