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Estamos en nuestra primera clase del día, que es Español. La maestra nos pide que nos pongamos en equipos de la obra de teatro y terminemos lo que nos falta, ya que tenemos qué presentar la obra esta semana que viene.

Mientras estamos ensayando y tratando de aprendernos los diálogos, entra el prefecto Eduardo al salón, está con una niña que nunca antes he mirado en la escuela, pero que trae puesto el uniforme. Ella es morena, de cabello chino, ni tan alta ni tan chaparra, delgada y muy bonita. Eduardo le dice a la maestra que es una nueva alumna y la maestra la hace entrar.

—Jóvenes, ponganle atención a su nueva compañera que se va a presentar.

Todos nos callamos y volteamos a verla.

—Buenas tardes, mi nombre es Melina y vengo de Mexicali —dice ella con voz algo tímida.

—Bievenida, Melina —le dice la profesora—. Los muchachos están haciendo una obra de teatro, están por equipos, pero... —mira a todos—, por lo que veo ya todos estan completos... —sigue observando.

—En el equipo de Cecy son 5, maestra —dice Axel.

—Oh, es verdad —nos mira—. Mira, te vas a integrar en este equipo —caminan a donde estamos—. Jóvenes —nos dice—, Melina estará con ustedes. Por favor traten de hacerla sentir bienvenida y expliquenle sobre la obra que ustedes están haciendo.

—Profe, pero ya los personajes están completos, no hay más —dice Abdiel.

—En las obras de teatro no solo es actuar, hay otras cosas que ella puede hacer para ser parte del equipo —la mira a ella—. Trae un mesa banco, Melina, y juntate aquí con ellos.

—Yo lo traigo —se levanta Alejandro y trae uno, cosa que se me hace rara, él para nada es amable con nadie.

Melina se sienta y la profesora se va a su lugar.

—Bienvenida, Melina, yo soy Laura —le sonríe.

—Mucho gusto —sonríe igual.

—Él es Abdiel, Cecy, Alejandro y Alexis —nos señala para que nos ubique—. Mira, nosotros estamos haciendo la obra de caperucita roja, pero versión comedia.

—¿Cómo es eso? —confundida.

—Es decir, no estamos siguiendo el cuento tal como todos lo recordamos. Caperucita, que en este caso se llama: “la fresita roja”, es una niña fresa y presumida. Toda la obra es comedia, pero pues eso lo verás cuando la leas.

—¿Y ya no hay personaje para mí?

—No, ya estamos completos. Cecy será Caperucita, Abdiel la abuela, Alejandro el lobo, Alexis el cazador y yo la mamá.

—Pero como dice la profe, no solo se trata de actuar, hay más cosas qué hacer —dice Alexis.

—Bueno, ya veremos qué te ponemos a hacer —dice Laura—. Por el momento si quieres lee la obra, para que te des una idea de lo que estamos haciendo —le da el libreto que imprimió Alejandro.

Mientras ella lee, nos mantenemos en silencio, cada quien distraído en algo diferente. Minutos después termina de leer y nos ve.

—Es muy graciosa y original —ríe—, ¡me encanta! —dice.

—Genial —dice Laura—. Ahora el problema será en qué nos puedes ayudar tú.

—Ella podría ayudarnos en cosas como la escenografía o a maquillar y peinar a Cecy cuando se llegue el día de la obra —sugiere Alejandro.

—¿Cómo que a maquillarme? —pregunto con las cejas fruncidas.

—Digo, tú no te sabes maquillar, amor, y por lo que veo ella se maquilla muy bien, ¿o no? —le pregunta.

Todo cambió. Libro #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora