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Daemon.

Nos estábamos besando.

Sus labios chocaron con los míos,su suavidad estaba jugando con mi brusquedad y hacían una guerra armoniosa en el que la brusquedad estaba ganándole a su suavidad y ella la aumentaba y se acoplaba a mi brusquedad.

Ella metió su lengua,yo jugaba con ella y sus manos fueron a mis mejillas,tratando de manejarme pero le gane de ante mano poniendo mis manos en su cintura,algo que hizo que todo se potenciará en algo más que un beso. Ella ya estaba apoyada a la pared y yo solo quería más,ya no aguantaba verla simplemente en el trabajo,quería que esté conmigo,quería besarla siempre y esta es la prueba de ello,porque si suavidad se acoplo a mí y ambos armamos algo muy lindo y ardiente como para tirarle agua ahora.

—Burgos— ella se separó de mí.

—¿Te está gustando?— pregunté agitado.

—Me encanta— respondió agitada.

—Entonces déjame callarte por una vez— dije y volví a sus labios.

Volvimos a ese juego otra vez,ella pedía más y yo se lo daba,tomaba de mi buzo pidiendo más contacto de nuestros cuerpos y yo me pegaba más a ella,tanto que sentí sus pechos tocar mi pecho.

Necesitaba algo más que esto,necesitaba el tacto de mis manos con alguna parte de su cuerpo pero no sabia si era apurarme o no, debía preguntar.

—Méndez— pronuncié agitado.

—¿Que?— ella abrió los ojos para verme.

—Más que querer, necesito tocarte,pero no lo haré sin antes preguntarte— dije. —¿Puedo?— pregunté.

Ella estaba roja por todo esto,sentí su calor como si fuera mío y con sutileza movió su cabeza,asintiendo que podía hacerlo.

—No, necesito que me lo digas— pedí.

—Yo lo estaría necesitando ahora y si puedes, ahora solo hazlo y cállate— ella volvió a besarme.

El beso ya estaba en la brusquedad máxima, entonces en lo que jugueteamos yo metí mis manos por debajo del buzo,primero masajeando la tela de su remera y sostén,luego,pase mis manos frías por su abdomen,algo que la hizo soltar un jadeó y yo sonreí sobre sus labios,me gustaba verla asi, entonces hice que se levantará de la pared un poco, desabroché su sostén sin despegar mis labios de los suyos y seguir con ese ritmo que nos hizo llegar a esto y fue cuando entonces empecé a tocar sus pechos,primero los masajee al punto que ella jadeaba por encima de mis labios y luego apreté sus pezones.

—¿Está bien así?— pregunté.

—Cállate y solo sigue— pidió.

Y eso hice, apreté un poco los pezones duros que se les estaban forman y ella empezó a jadear más,tanto que tuvo que dejar de besarme para respirar con moderación.

—¿Jamás te tocaron?— pregunté algo pesado.

—Jamás— respondió con los ojos cerrados.

Yo dejé sus pezones y empecé a apretar un poco más sus pechos en general,ella fascinada con ello pero al parecer quería seguir con más.

—Burgos— pronunció pesado.

—Solo pídelo— dije.

—Quiero que me los chupes— pidió.

Mierda. No esperaba esto en esta noche.

—¿Segura? Por qué realmente no tendré autocontrol de esto— advertí.

El Aeropuerto En el Que Te Conocí - [Finalizada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora