Kiara
—¿Dónde fuiste, Kiara? —La voz de papá es grave, sus brazos cruzados y la mirada que no perdona.
—A dar una vuelta... Ya se los había dicho. —Trato de que mi voz suene firme, pero el nudo en mi garganta amenaza con traicionarme.
Huelo a basura, perdí mi mochila, estuve a punto de ser arrestada, y discutí con Aiden. Lo último que necesito ahora es una pelea con mis padres.
El universo parece empeñado en aplastarme.
—No mientas —vocifera papá, perdiendo el control—. ¡Recibimos una llamada del alcalde, Kiara! ¿Qué demonios estabas haciendo en un centro comercial abandonado?
Sus ojos me perforan, esperando una explicación que no tengo. Trato de hablar, pero solo salen balbuceos. Y como siempre, me quedo callada, vulnerable, odiando esa sensación de impotencia. En mi mente, las palabras que quiero decir se arremolinan, pero aquí, frente a ellos, me convierto en esa niña pequeña que no sabe defenderse.
Quizá siempre lo seré. La niña mimada que necesita a sus padres para respirar, aunque me avergüence admitirlo. Critiqué tanto a otros por depender de sus familias que, sin darme cuenta, me convertí en una de ellos.
—Estaba con unos amigos... —murmuro, sabiendo que no sirve de nada.
—¡Delincuentes, Kiara! —La furia de papá sacude las paredes—. ¿Qué no entiendes? ¡Esas personas te arrastran hacia el abismo! Estás destruyendo tu vida, ¡mírate! Incluso te has puesto esa maldita chaqueta de cuero. ¿Esos son tus nuevos amigos? ¿Unos parásitos sin vergüenza?
Cada palabra de mi padre golpea como un látigo. Si contara las veces que he llorado por culpa de alguien, mis padres ganarían. No tienen filtros. No les importa si sus palabras me hieren. Y lo peor es que me callo, dejo que me destrocen una y otra vez.
Siento un ardor en el pecho. Quiero gritarles que no tienen derecho a decidir con quién me junto. Pueden controlar mis estudios, pero mis amistades... Si quiero hundirme, que sea mi decisión. Ojalá tuviera el valor de decírselo.
Pero no lo hago. Nunca lo hago.
Solo asiento, sabiendo que, aunque luche, siempre perderé contra ellos.
—Debimos llevarte con nosotros mientras pudimos —murmura papá, sus ojos llenos de una rabia contenida. Siempre es mamá la que impone los castigos. Ver a papá así... me asusta.
Y luego, viene la pregunta que más temía.
—¿Sales con un chico, Kiara? —Su voz es un puñal que atraviesa el silencio—. ¿Cómo se llama?
El miedo se apodera de mí. Siento el sudor frío en mi nuca. Sé que el padre de Mark me vio en la moto de Aiden. Mis padres tienen suficiente poder para destrozar la vida de cualquiera en este pueblo. Y yo no puedo permitir que lo hagan con Aiden.
No diré nada. Si quieren saberlo, que utilicen su maldita influencia.
—¡Kiara! —La voz de mamá es un trueno que me arranca de mis pensamientos. Se acerca y me agarra del brazo con fuerza, apretándolo tanto que duele. Su mirada me quema.
—No permitiré que un marginado destruya tu futuro —sisea—. Soy tu madre, y tengo el deber de protegerte, aunque eso signifique encerrarte en casa. No me importa.
Mi corazón se rompe mientras las lágrimas inundan mis ojos.
—Estás castigada, Kiara. Dame tu teléfono. Y despídete de los lujos. A partir de ahora, tendrás que ganarte todo. Tus tarjetas de crédito están canceladas, igual que el Netflix y el internet. —La voz de mamá es dura, implacable.
Ya en mi habitación, me derrumbo en la cama, hecha un ovillo. La puerta se abre y me tenso, pensando que mis padres regresaron para más. Pero no. Es Cloud. Mi suave peludo amigo, que maúlla y acaricia mi pierna, como preguntando: ¿Todo bien?.
Le acaricio la cabeza mientras lloro. Cloud lame mi mano en señal de consuelo.
—Al final, no me odias tanto, ¿eh?
.・゜゜・❥・゜゜・.
En el instituto, después de la primera clase, espero a Aiden entre los estantes de la biblioteca. No llevo la chaqueta de lana hoy, pero él sí. El uniforme correcto. Silencio.
No hemos hablado desde la pelea de anoche. Ni siquiera sabe que estoy castigada. Jess me ofreció su teléfono para escribirle, pero preferí esperar, hablar cara a cara. Me asusta que mis padres descubran quién es Aiden. Si se lo proponen, pueden investigarlo en el instituto. Y si eso pasa... estamos perdidos.
Aiden parece agotado. Los círculos oscuros bajo sus ojos delatan noches sin dormir. No puedo evitar apartar la mirada.
Respiro hondo y me acerco. Cuando me tiene lo suficientemente cerca, cierra los ojos y recibe mis labios con una ternura que hace que el mundo desaparezca. El beso es lento, como si ambos estuviéramos buscando perdón en el otro. Tiro de su cabello, y él responde atrapándome entre su cuerpo y la pared. Me siento pequeña, protegida y vulnerable al mismo tiempo.
—Perdóname, amor —susurra, sus dedos trazando mi mejilla con suavidad—. No quise decir nada de eso anoche. Eres increíble. Me enamoré de ti por quien eres y no quiero que cambies, no por mí ni por nadie.
Sus palabras me atraviesan el alma. Quiero creerle, pero el miedo sigue ahí, latente.
—Perdóname tú a mí —respondo en un susurro—. No debería haberme entrometido en tu vida... Solo quiero protegerte. Me preocupas, Aiden y quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti, aunque no lo parezca.
Nos miramos en silencio. Sus ojos me devuelven una devoción absoluta.
—Te amo, Kiara.
Antes de que pueda responder, me besa de nuevo, con una pasión que parece querer borrar cualquier rastro de duda.
Y por un momento, lo logra.
Pero las palabras de mis padres resuenan en mi cabeza, intranquilándome. Se lo digo, y él, con esa confianza que a veces me da miedo, me asegura que nada ni nadie podrá separarnos.
—Estamos viviendo nuestro propio cliché de Romeo y Julieta, ¿no crees? —sonríe y por un momento, me permito reír con él.
Pero en lo profundo de mi corazón, sé que esto no es solo una historia de amor. Es una montaña rusa de emociones y no estoy segura de si quiero subirme a ella. No si eso significa perder de vista mi sueño de ser diseñadora de interiores.
Mis padres siempre han estado ahí para apoyarme y sin ellos, siento que no soy nada.
Tengo que tomar una decisión. Y pronto.
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Cartas en Febrero ©
Romance¿Qué harías si encuentras una carta anónima donde un desconocido expresa el más devoto amor que siente por ti y descubres que el autor de dichos escritos es el líder de una banda de motociclistas? .... Portada hecha por: @SucreStars