Fanfics cortos Leoncito Kennedy x Reader escritos por mi, sin peticiones.
Adoro escribir y crear historias, así que desde hace mucho quise escribir mis propios fanfics de Leon Kennedy, mi husbando por excelencia.
Espero les gusten aunque sean corto...
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Mi futura esposa finalmente caminaba hacia el altar, deslumbrando su belleza ante mi en cada paso que daba y sentí que Cupido me disparó diez flechas de golpe, me sentía en un sueño hecho realidad contrayendo matrimonio con el amor de mi vida, la mujer más hermosa que ha cautivado mi corazón a punto de ser mi compañera de vida oficialmente, aunque en mi corazón T/N ya lo es desde el primer momento en que la vi.
Claire, desde su lugar como dama de honor, no podía contener las lágrimas de alegría al admirar lo felices que estábamos en este día tan especial, Chris me mostraba un pulgar arriba y felicitándome de antemano por casarme con mi novia, ahora mi futura esposa y madre de mis hijos más adelante.
Ingrid Hunnigan estaba sonriendo mientras supervisaba la boda llevada a cabo en el jardín de la Casa Blanca, el cual parecía embellecerse sobre todo para la romántica y memorable ocasión.
El presidente listo con todo el discurso de la boda ya que él nos iba a unir en matrimonio, algo nervioso porque hacía tiempo que no se encargaba de una ceremonia de este estilo. No puedo culparlo, una boda es bastante distinta y un rollo más elaborado que una de las típicas reuniones tediosas en la DSO...hasta me comenzaba a cuestionar si aceptar la petición de mi prometida de casarnos en la Casa Blanca fue buena idea, pero al final...haré todo lo que esté a mi alcance para hacerla la mujer más feliz del mundo mientras esté a mi lado.
-Ejem, señor presidente ¿le ayudo a acomodar los papeles?-murmuré silenciosamente mientras las damas de honor y mi chica se acercaba ¡teníamos que hacerlo en tiempo récord para no posponer la boda hasta dentro de 20 años, jaja! ¡madre mía! ¿Tiene que pasar todo el desmadre posible justamente en el día especial y no en los ensayos?
-Por favor, mis disculpas. Esperemos que esté todo en orden-respondió un poco avergonzado el presidente.
Afortunadamente solo estaban desordenadas unas cinco páginas mal contadas, así que no pasó nada.
Y finalmente mi chica llegó al altar y de repente olvidé el asunto del papeleo de la boda en manos del presidente, mi corazón no paraba de sentir mil mariposas al admirar nuevamente la belleza de T/N, pidiendo en mi mente que no estuviera soñando con esto y dejarme con el corazón roto como lo hizo Ada.
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