CAPITULO 17| ANDRÉ

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MACARENA:

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MACARENA:

Cielito, ¿Quieres traerme lo de siempre?— levanto la mano hacia el mesero y este solo voltea los ojos mientras hace una cara de cansancio. Y mientras tanto yo me encantó de reírme en su cara al ver que no se mueve. Solo mira con una ceja alzada como me carcajeo en su cara parado sobre su pies derecho y sus manos en sus caderas.

—Si sigues riéndote no— dice y yo bufo subiendo los pies en la mesa.

—Entonces voy a demandar, voy a decir que el cielito mesero me ha mandado a callar y que me ha dado una mirada de “si sigues te saco del local” y también me ha negado mi pedido.

—Pero como eres de exagerada la verdad. ¿No vas a parar nunca?

—No.

—Ah. Pues claro. Debí imaginarlo— voltea los ojos—. Te traeré lo de siempre, pero solo porque no quiero que me despidan aún.

—¡Gracias!— al instante Raúl se va con la cara arrugada y yo saco mi libro. La verdad, no sé porque saco el libro. No voy a leer.

La cafetería se ha convertido más en mi segunda casa en dónde vengo a charlar y socializar. En el momento en el que la campanita anuncia mi llegada se que no voy a leer ni cinco páginas en el momento en el que me vea interrumpida.

La silla frente a mi se arrastra hacia atrás y yo levanto la mirada al instante para recibir mi donut. Bajo los pies, dejo el libro y luego miro al frente. Pero mis ojos se abren y mis cejas de arrugan al ver a otra persona que no es Raúl con mi pedido frente a mi.

Por más que sea muy guapo, no quiero a ningún hombre molestando. No tardo en volver a subir mis pies a la mesa abriendo el libro.

—No hago cursos para ayudar en libros de universidades, no leo y este que tengo es para una hermanita que tengo en casa. No me gustan los Donuts de chocolate y no me vas a convencer de lo contrario. ¿Que necesitas? Gracias, adiós— digo rápidamente sorprendiendome a mi misma.

—Bueno...—dice confundido pero no tarda en sacudir la cabeza—. No venía a nada de eso pero... Muy bien.

—¿Entonces?

—Nada, solo te he reconocido y he dicho...
“¡Ah, mira! La amiga de mi hermano...“

—¿Amiga?— le respondo alzando las cejas. El me mira con el cejo fruncido y las manos unidas sobre la mesa y asiente dudoso.

—Si... Ya sabes, amiga— el duda. Se le nota en la mirada que duda muchísimo.

Raúl como que está durando mucho...

... Y la tonta idea que tengo en mi mente no sale así que...

Poco a poco de mis labios surge una risa, eso hago, me río y al instante el me mira mucho más confuso que antes. André mira a todos lados y luego pregunta.

Cálido y fríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora