CAPITULO 36| NUEVO OBJETIVO (¿NÚMERO UNO O NÚMERO TRES?)

22 11 2
                                    

MACARENA POV

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

MACARENA POV

Mi yeso desaparece al paso de la semana, soy muy terca como para quedarme con aquel yeso sin poder utilizar el brazo así que... Yo misma me lo quité. Siento que la piel me pica a menudo y aunque ya estoy mejor, los golpes al rededor de mi cuerpo están visibles. Mi cara tiene golpes y mis costillas también tienen moretones que aún duelen. El auto solo me había golpeado, pero yo estaba muy débil.

Normalmente recuerdo la escena en camara lenta, el carro, los cambios de luces, el 'PIIIIIII' de la corneta y al final, yo cayendo como una estúpida en el asfalto dormida. Debí haber fingido que me morí para no haberlo hecho tan exagerado. ¡Pero! Ahg, cuando me pregunten quién es mi mayor hater, recuerden decir: ¡Ella misma! ¡Ella misma se hace bullying cuando se ríe de eso!

Hace una semana que salí del hospital, y aunque mamá se preocupa por mi salud mental cuando me río al recordar, no puedo dejar de hacerlo. Juro que no estoy loca. Pero me imagino a la gente a mí alrededor diciendo algo tipo: vimos a una loca en la calle, apenas la tocó la camioneta y ya estaba tirada muerta en el asfalto.

Vale, con esto dejo en claro aún más el hecho de que soy mi hater más grande.

Todo este tiempo he leído y no he logrado concentrarme. Es una mierda, pero creo que es un bloqueo de lector muy fuerte que no me había dado desde hace muchísimo tiempo.

Solo he pensado en las cosas. Hay muchas cosas que tengo que hacer. Raúl ha venido todos estos días a casa, y en el momento en el que escucho que suena el timbre de casa, pienso que es él y me quedo en mi habitación. Espero a que suba pero la única que sube las escaleras es mamá, y la miro confundida cuando viene con una pequeña sonrisa.

—Te esperan abajo— dice y se va otra vez. En el momento en que me asomo desde la parte de arriba de las escaleras, casi estoy a punto de caerme y desencajarme completamente el brazo (más de lo que ha lo está) cuando no veo a Raúl, veo a André y está esperando con las manos en sus jeans mientras que su pie rebota en el piso.

¿Y este que hace aquí?

Yo comienzo a bajar y el no tarda en verme, mira mi cara y aprieta los labios.

—Te ves peor de lo que había dicho Raúl— es lo primero que dice.

Vaya, que lindo por su parte.

—¿Gracias? Ese ha sido el cumplido más extraño que me habían dicho nunca— digo yo, pero siempre he sido una chica que prefiere ir directa al grano, así que...—. ¿Que haces aquí?

—Solo venía a ver qué tal estabas, pero veo que sigues siendo tú.

—Si, creo que el golpe no me ha afectado a las neuronas, o por lo menos, aún no estoy como tú.

—Uhh... Buena esa— sonríe.

—¿Que haces aquí?— vuelvo a preguntar—. Digo, sé que tengo una cara muy hermosa que quisieran ver a diario, a mí también me gusta verla a diario, pero no creo que estés aquí para verla esta vez.

Cálido y fríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora