CAPITULO 10| ¿LE GUSTA HOMBRES G?

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RAÚL POV

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RAÚL POV

El día de playa fue estupendo, la pasamos muy bien incluso la misma Macarena que decía odiar la arena (todavía la odia un poquito, pero de eso nos encargaremos luego), fue memorable, (incluso el momento en el que intento ahogarme) (sobre todo por qué era imposible que me ahogara ya que toda mi vida he practicado la contención bajo el agua, fui uno de los mejores)

Se ha vengado lanzandome bolas de arena las cual intenté devolverles pero no pude entre sus tantas amenazas de muerte. (A veces asusta un poquito) se ha vengado incluso de María y Landon por haber colaborado, que estaban tan tranquilos riendo y charlando en la arena risueños, cosa que se vio interrumpida ya que ella les echo muchísima arena en el cabello a ambos. (Ni ellos se salvaron)

No había querido que la enseñara a nadar justo luego de que cumplir mi segundo objetivo (que se metiera en el agua porque estaba seguro de que no entraría por su cuenta), pero a la final a terminando cediendo. (¿Seguro?) Claro que sí, porque la he convencido yo.

Se ha comprado millones de anillos, colgantes y pulseras nuevas en la playa. En cada mano tendrá como mínimo 10 anillos y quinientas pulseras, le han gustado, y ha comprado muchas.

Y ahora solo caminamos en silencio, con solo la música a través de mis auriculares, ya que yo tengo uno y ella otro. Vamos en camino a su casa, la he ido a acompañar.

“Marco se ha marchado para no volver, el tren de la mañana llega ya sin el, es solo un corazón con alma de metal, en esta niebla gris que envuelve la ciudad...”

—Raúl, no me jodas, quita esa canción— dice maca por sobre los auriculares que siguen sonando.

La traición amigo...

—¿Pero que dices? ¡Que es Laura Pausini, maca!— exclamó perplejo.

—Que ya se que es Laura Pausini, pero con el sonido me duermo antes siquiera de pensarlo, ¡Me duermo parada Raúl, ¿Sabes lo que es eso?!

—¿Dormir parada?

—Si, es casi imposible— dice ella y bosteza—. Vamos pon otra.

—Que ya voy— digo cambiando a la siguiente—. Ahí esta, ¿Feliz?

—No está mal— dice ella.

—Bien.

“Me quieren agitar, me invitan a gritar, soy como una roca palabras no me tocan, adentro hay un volcán que pronto va a estallar, yo quiero estar tranquilo...”

Lamento boliviano de enanitos verdes se reproduce y puedo ver cómo ella la canta en silencio. Pues claro, es un temazo, hasta yo la canto.

—¿Tu no puedes cantar sin mover las manos y la cabeza? Osea, ¿Sin bailar?— me pregunta ella. Ah, no. ¿Bailar? Si es que sin darme cuenta he estado "bailando" si bailar es mover la cabeza y las manos y los hombros y casi todo el cuerpo pues no, no puedo cantar una canción así sin bailar.

Cálido y fríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora