Capítulo 38| SALTAR (PROTEGEME SEÑOR CON TU ESPÍRITU...)

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«A veces lo que más deseas nunca se cumple, y a veces lo que menos esperas que suceda, se cumple. Conoces a cientos de personas y ninguna te deja huella, y de repente conoces a una persona y te cambia la vida para siempre». Mario Benedetti ✨🌷

 Mario Benedetti ✨🌷

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MACARENA POV

Se dice que los pequeños momentos solo se disfrutan depende de las personas que estén a tu alrededor. Creo que nunca lo había visto tan cierto hasta que me encontré disfrutando y riéndome a carcajadas con un montón de chicos que nunca pensé en conocer.

Y esto me hace sentir bien, y la forma en la que todo ha pasado tan rápido y siento que... A veces pienso en lo sola que me sentía aquellos días, sin saber que me sentía así realmente.

Y justo ahora estamos caminando por un bosque, no sé cómo hemos llegado hasta aquí, solo sé que manejamos sin un destino en concreto y llegamos a un lugar en dónde ya no habían casas y habían árboles gigantes, el sol ya no se veía hasta que llegamos a una zona en dónde ya no podríamos avanzar en coche.

Mi vida siempre había sido algo de lo que me preocupaba más de lo normal. Creo que así ha sido siempre, y no recuerdo con exactitud desde cuándo comenzó a ser así.

—¿Que es eso?— la voz de María nos hace parar al instante. Ella está de frente y levanta la mano en señal de que hagamos silencio—. ¿Lo escuchan?

—Se escucha como... Agua— hablo yo. Y en efecto, se escucha como agua callendo.

Los chicos se quedan en silencio, hasta que todos comenzamos a caminar más rápido buscando la dirección del sonido. Y paramos justo en el momento en el que vemos lo que hay frente a nosotros.

Ni siquiera nos atrevemos a caminar más adelante, siento como si la tierra temblara ahora mismo. Frente a nosotros hay una cascada, una gigante y estamos parados justo frente a la cascada. Estamos en la parte alta, tan alto que siento que de dar un paso más adelante podría resbalar y caer junto con el agua.

María se acerca más, ella está justo en la orilla parada sobre una piedra gigante, la piedra está tan fuerte que ni siquiera hace indicios de moverse y hacerla caer.

¿Desde cuándo ha estado este sitio aquí y no nos habíamos dado cuenta?

Aunque teniendo en cuenta que estamos tan lejos de casa... ¿Cómo se suponía que encontraramos este lugar? Parece un paraíso.

Los árboles dan mucha sombra, la brisa acaricia mis brazos y la cascada del otro lado, frente a nosotros es tan alta que se escucha el agua al romper muy fuerte cuando cae. Los chicos entran boquiabiertos. El primer movimiento lo hace María, haciendo que todos la miremos al instante.

Ella comienza a quitarse la blusa y pronto su sujetador queda a la vista. Ella se voltea hacia nosotros mientras se desarma la coleta en su pelo con una gran sonrisa cubriendo su cara y sus ojos tan brillantes de... Oh, oh...

Cálido y fríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora