CAPITULO 23| EL POLI AMARGADO

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MACARENA POV

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MACARENA POV

—Jo-der...— dice Raúl con los ojos abiertos completamente.

—¿Que hago? ¡¿Acelero?!— le pregunto yo, siento mi cara pálida y mis dientes apretados, muy apretados.

—¡No! O... ¡No lo sé!

Escuchamos detrás de nosotros como el policía copiloto está gritando que paremos, pero estoy tan asustada que no hago nada. Sigo manejando.

¿Que debo hacer?

—¡Acelera! ¡Maca, acelera!— grita Raúl y eso hago, piso el acelerador con toda la fuerza que se me es permitida haciendo que las ruedas del coche rechinen en el asfalto. La sirena del coche de policía no hace más que aumentar mi nivel de nerviosismo.

—¡Raúl, nos van a atrapar igual!— termino por gritar—. ¡Soy muy joven para estar en la cárcel!

—¡¡LOS DEL BOLVAGUE, PAREN YA O SERÁ PEOR!!— gritan los oficiales detras—. ¡Terminaremos atrapandolos a la final, tan solo recolectarán un par de multas!

—¡Voy a parar, Raúl!

—¡Nos van a atrapar!

—¡¡IGUAL LO VAN A HACER, NO HE TRABAJADO TANTO COMO PARA PAGAR TANTAS MULTAS!!

Por primera vez, ser una pesimista posiblemente haga que las quinientas multas que estaban por ponernos sean rebajadas a... ¿300 multas?

Frente a mi comienzo a ver un montón de autos puestos en fila: el semáforo en rojo.

Y un montón de autos impidiendo que sigamos.

—¡Para, para!— grita Raúl y luego mi pie, tras un momento de duda, frena con fuerza y siento como mi cuerpo se va hacia adelante pero logro no pegarme la frente con el vidrio. Por desgracia, Raúl no corre con la misma suerte—. ¡¡ME CAGO EN LA...!!— grita sobando su frente—. ¿Sabes? Necesito un hospital... Esto es un golpe mortal...

—¿Hospital? No estás botando ni sangre— murmuró yo sintiendo como el sudor corre por mi frente y mis manos tiemblan un poco.

—Puedo tener una parálisis rara del cerebro, ¿Eh?

—Sobrevivirás— dice la voz del oficial a nuestro lado asomado por las ventanas—. Ahora, tendrán muchos problemas muchachos.

—¿Nosotros?— digo haciéndome la loca, me señaló con el dedo y finjo ofensa aunque posiblemente no me sirva de mucho—. ¿Por qué? No hicimos nada malo.

—Aparte de ir a por la ciudad a una velocidad mas alta de la que dicen los carteles— señala un cartel en dónde dice la velocidad máxima. No pues... No la ví—, también iban sin cinturón, lo que pudo causar muchos problemas peores. También rayaron un montón de autos a su paso, lo que posiblemente, haga que los dueños reclamen para arreglar los daños que vosotros, jóvenes, causaron. Y además, no acudieron a nuestro llamado de que parasen en el momento en el que se les fué advertido.

Cálido y fríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora