CAPITULO 27| DULCE

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MACARENA POV

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MACARENA POV

-¿Entonces crees que su familia no las acepte a las dos o como va todo?- le pregunto confundida. Ella solo tiene pegada la frente al volante del coche y piensa en silencio.

-No, claro que sí la van a aceptar. La aman mucho como para preocuparse por temas de gustos.

-¿Entonces?

-Que aún así a Pau le daba vergüenza decírselos. Estaba lista para que lo habláramos, me juró que íbamos a decírselo a sus padres. Pero ya han pasado semanas que estamos aquí y cada vez se echaba para atrás. Me daba cuenta.

-Joder tía- digo yo-. ¿Y que harás ahora?

-No la voy a dejar, esperaré a que llegue al apartamento que hemos alquilado y hablaremos. Ya está dicho todo, ya todos los saben. Ella misma lo dijo, no yo.

-¿Y ya? ¿Queda hasta allí?

-No. Cuántas ganas me dieron de mandar todo a la mierda en ese momento. Y a Mariana igual. Actúan como si Raúl no tuviera voz nunca. Como si a pesar de todo... Lo sobre protegen mucho. Así tenga veinte años ya. ¿Él qué tenía que ver en la pelea? Mariana ha utilizado el tema de Raúl para su propia conveniencia. Ella ni siquiera sabe lo que pasó.

Eso no es justo para Raúl, pero como yo no sé nada al respecto prefiero callarme y no hablar.

Pero aún así... Hay algo que no cuadra. Raúl tiene veinte años, y aún lo siguen tratando como a un chico de 14 años.

-Pero hay una razón, ¿O no?

-¿Eh?- dice perdida.

-Hay una razón para que lo sobre protejan tanto.

-Bueno...- ella tuerce el gesto y mira hacia la ventana-. Eso creo que no es de mi incumbencia.

-Lo sé, por eso no te lo pregunté- ella se queda en silencio un momento. Se que si hubiera intentado explicarme hubiera preferido decirle que no me lo contara. Al fin y al cabo, debe de ser el mismo Raúl el que quiera que yo lo conozca.

Y no puedo decir que lo conozco solo por saber que es muy sonriente, eso es algo que se ve a simple vista. Ni mucho menos porque me sepa su nombre, mierda, no me sé ni su apellido. Tampoco por el hecho de saber lo que piensa con solo ver sus expresiones faciales.

No, no por eso lo conozco aunque piense que si.

-¿Tu eres su amiga cierto?

-Exacto- respondo mirando mis uñas. Luego mis ojos se abren como platos al recordar...-... ¡Me cago en la...!

-¡¿Que?!- dice ella exaltada por como he saltado del asiento.

-¡Ahora tendré que hacerme el puto tatuaje!

-¿Que tatuaje?

-El de la apuesta que había hecho con Raúl. Joder... La apuesta no duró ni un día completo.

-¿Pero que apuesta?- sigue preguntando Dulce.

-La de... Sobre si algún día me llegaban a querer robar- improviso y parece creerse mi mentira. ¡Woau! Hasta actriz de Hollywood puedo ser pero los productores famosos le tienen miedo al éxito-. Ahora tengo que hacerme un tatuaje que diga "Raúl es el mejor"

-Bueno... Si parece un poco él, sí- se ríe dulce-. ¿Quieres que te lleve a tu casa?

-Si- respondo.

-¿Sabes? Te había juzgado mal- dice Dulce poniendo el coche en marcha.

-No es extraño.

-Pensé que eras una loca- dice con sinceridad-. Pero ahora no me lo pareces.

-Muy bien, tu tampoco. Pensé que eras más infiel de lo que tú cara lo decía.

Ella comienza a reírse. Más que ofenderse, no pensaba que me defendiera a su comentario de otra forma. Tampoco estoy molesta, pero no sería Macarena si no fuera como soy.

Durante el viaje estamos en silencio, hasta que ella me deja en mi casa y me bajo de su auto despidiéndome con un simple "chao" Y luego me volteo y veo mi casa. Sigue igual a como la dejé, pero no puedo evitar imaginarme uno que otro fantasmita saliendo de ella. Y luego veo las luces encenderse y la puerta abrirse para luego mostrar a mi madre en pijamas suaves para dormir gritando "¡MACA, ¿Eres tu?!"

"No, no soy yo"- le grito acercándome con cautela.

Mamá me espera en el porche y luego me dice lo que ya esperaba que me dijera.

-Tu padre estaba enojado. Tienes suerte de que lo he logrado distraer...

-No quiero saber más.

-... Pero que sepas que estoy muy molesta contigo yo también. Eso que has hecho, ha sido algo horrible. Pobre chico.

-Ah, osea que me estás diciendo que estás molesta porque abandon... Dejé a André aquí y no porque me halla escapado.

-No, por eso también estoy enojada.

-Ya, claro... ¿Y papá justo ahora?

-Esta durmiendo. Pero ha dicho que mañana habláis.

-Mañana tengo uni temprano.

-Pues te levantas más temprano para la charla.

Si, a veces es hasta más terca que yo...

Si, a veces es hasta más terca que yo

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Ay Dulce... Ella me caía mal, yo me acuerdo de esos tiempos como si hubiese sido ayer.

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Cálido y fríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora