Llegaron hechos una indecorosa maraña de brujo y vampiro. Jungkook se encontraba debajo de Taehyung, con sus largos miembros retorcidos en una inusitada e incómoda postura. Tenían un enorme libro apretujado entre ambos y la brusquedad del aterrizaje había hecho que la pequeña figura de plata a la que se aferraba saliera rodando por el suelo.
—¿Estamos en el lugar correcto?
Taehyung mantenía los ojos apretados con fuerza por si seguían en el almacén de lúpulo de Yoo, en el Daegu del siglo XXI, en lugar de en el Oxfordshire del siglo XVI. Sin embargo, aquellas fragancias poco familiares le decían que no se hallaba en su propia época, ni en su propia casa. Olía a algo grasiento y dulce, y había un aroma ceroso que le recordaba al verano. Asimismo, pudo percibir un penetrante olor a humo de leña y oír el crepitar de un fuego.
—Abre los ojos, Tae, y compruébalo por ti mismo.
El brujo noto el roce, leve como una pluma, de unos labios fríos que le acariciaban la mejilla, acompañado por una risilla sutil. Unos ojos del color del mar embravecido lo observaban desde una cara tan pálida que solo podía pertenecer a un vampiro. Jungkook le acarició el cuello con las manos, hasta llegar a los hombros.
—¿Estás bien?
Después de haber viajado tan lejos, hasta el pasado de Jungkook, tenía la sensación de que su cuerpo podría desmoronarse con una ráfaga de viento.
—Me encuentro bien. ¿Y tú?
Continuo centrando su atención en Jungkook, en lugar de atreverse a echar un vistazo alrededor.
—Aliviado de estar en casa.
Jungkook dejó caer la cabeza hacia atrás, sobre las tablas de madera del suelo, con un suave golpe que hizo que los juncos y la lavanda esparcidos sobre ellas despidieran más aroma estival. Hasta en 1590, el Viejo Pabellón le resultaba familiar.
Los ojos de Taehyung se adaptaron a la tenue luz, logrando enfocar una robusta cama, una mesa pequeña, unos bancos estrechos y una única silla. Más allá de los postes tallados que sujetaban el dosel del lecho, miro a través de una puerta que conectaba aquellos aposentos con otra habitación. La luz que manaba de ella se reflejaba sobre la colcha y el suelo, dibujando un deforme rectángulo dorado. Las paredes de la habitación tenían los mismos paneles de madera, hermosos y sencillos, que recordaba de las pocas veces que había visitado la casa de Jungkook en la actualidad, en Woodstock. Inclino la cabeza hacia atrás y observo el techo, que estaba recubierto de una gruesa capa de yeso que formaba un artesonado de cuadrados. Una ostentosa rosa Tudor roja y blanca resaltaba sobre el dorado de cada uno de los huecos.
—Las rosas eran obligatorias cuando construyeron la casa —comentó Jungkook secamente—. No las soporto. Las pintaremos todas de blanco en cuanto tengamos la más mínima oportunidad.
Las llamas doradas y azules de un candelabro se avivaron con una repentina corriente de aire, e iluminaron la esquina de un tapiz suntuosamente coloreado y las puntadas oscuras y lustrosas que perfilaban los motivos de hojas y frutas de la pálida colcha. Los tejidos modernos no tenían ese brillo.
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La Sombra de la Noche Kooktae
FanfictionTras descubrir los poderes para viajar en el tiempo de Taehyung, él y Jungkook deciden viajar al pasado, a una epoca donde haya brujos poderosos que le enseñen a usar su poder y en donde puedan encontrar el Ashmole 782. Ambos deberan confiar mutuame...