Say Yes To Heaven

44 5 0
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—¿En el lugar de siempre? —preguntó Hoseok en voz queda, mientras dejaba los remos e izaba la solitaria vela. Aunque debían de faltar como mínimo cuatro horas para la salida del sol, otra embarcación era visible en la oscuridad.

Taehyung distinguió el perfil sombrío de una vela y de un farol que pendía oscilante de un mástil en la popa de un velero vecino.

—Walter me dijo que íbamos a ir a Saint-Malo —dijo al tiempo que giraba la cabeza, consternado. Raleigh los había acompañado desde el Viejo Pabellón hasta Portsmouth y había tripulado el barco que los había llevado a Guernsey. Lo habían dejado de pie en la cubierta cerca del pueblo de Saint-Pierre-Port. No podía ir más allá; no después de que hubieran puesto precio a su cabeza en la Europa católica.

—Recuerdo a la perfección adónde me dijo Raleigh que fuera, tiíto, pero él es un pirata. Y es inglés. Y no está aquí. Es una pregunta para Jungkook.

Immensi tremor oceani —susurró Jungkook contemplando la mar embravecida. Mientras observaba las negras aguas, su expresión recordaba la de la talla de un mascarón de proa. Por otra parte, la respuesta a la pregunta de su sobrino había sido extraña: «El temblor del inmenso océano». Taehyung se preguntó si habría entendido mal aquellas palabras en latín.

—La marea estará a nuestro favor. Además, queda más cerca a caballo Fougères que Saint-Malo. —Hoseok continuó como si lo que había dicho Jungkook fuera coherente—. Él no tendrá más frío en el agua que en tierra con este tiempo y todavía le queda por delante una buena cabalgada.

—Y tú nos abandonarás. —No era una pregunta, sino una declaración de intenciones. Los párpados de Jungkook cayeron. Él asintió—. Muy bien.

Hoseok acortó la vela y el bote pasó de ir rumbo al sur a dirigirse más hacia el este. Jungkook se sentó en la cubierta, con la espalda contra la estructura curvada del casco, y atrajo a su esposo al círculo de sus brazos para envolverlo con su capa.

Dormir en serio era imposible, pero Taehyung dormitó contra el pecho de Jungkook. Hasta entonces había sido un viaje extenuante, con caballos llevados al límite y barcos requisados. La temperatura era gélida y una fina capa de escarcha se había formado en la pelusa de su lana inglesa. Hoseok y Pierre charlaban sin cesar en algún dialecto francés, pero Jungkook permanecía en silencio.

Respondía a sus preguntas, pero mantenía sus propios pensamientos ocultos tras una inquietante máscara de serenidad.

El tiempo cambió y una nieve brumosa empezó a caer al alba. La barba de Hoseok se volvió blanca y lo transformó en una fiel copia de Santa Claus. Pierre ajustó las velas siguiendo sus órdenes y un paisaje de grises y blancos reveló la costa de Francia. No más de treinta minutos después, la marea empezó a correr hacia la costa. El bote se alzaba sobre las olas y, a través de la bruma, la torre de un campanario perforaba las nubes. Este se hallaba sorprendentemente cerca y la base de la estructura estaba ensombrecida debido al clima. Tae dio un respingo.

La Sombra de la Noche KooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora