Entre la enfermedad y el amor.

CAPÍTULO 34

-Park espera necesitamos hablar.

-Dra. Cameron ¿alguna información del Cuxiano que deba saber?

-Es sobre Chase.

-Sobre asuntos personales no creo que necesitemos hablar y no tengo interés sobre el Dr. Chase más allá del ámbito profesional.

-Escucha solo escúchame por unos minutos, dame cinco minutos por favor Park.

-No tengo tiempo para esto Dra. Cameron, debo trabajar.

Park se retira sin permitir un momento a Cameron de replicar.

-Eso salió fatal. No sé por qué lo intentas, es evidente que no te escuchara deberías rendirte. Ni siquiera le habla a Chase lo has visto.

-Dra. Adams sus comentarios no ayudan a la situación y me siento culpable por arruinar las cosas entre ellos.

-No las arruinaste, Chase lo hizo. Él sabía los problemas de inseguridad de Park respecto a ti y nadie lo obligo a acostarse contigo ni dejarte embarazada.

-Pero su trato es más frio y serio.

-Es demasiado pronto para que lo supere y te gusta Chase, los vimos besarse ayer ¿por qué entonces vienes a Park? Solo la estas humillando con tu comportamiento y burla.

-Admito que quiero más con Chase, pero el extraña a Park y no quiero verlo triste. Está enamorado de ella no de mí.

-Y sin embargo se acuesta contigo y besa en el trabajo, lo que no le sienta bien a Park. Ella no quiere compartir contigo y tú tampoco, lo que haces es ofensivo para ambas. Aunque Chase se decida por Park no cambia el hecho que tendrá un hijo contigo y eso le afecta a Park porque significa que estarás siempre en la vida de él.

-Ella no quiero eso, pero está siendo exagerada.

-Ella solo no quiere pelear por un hombre, la hace sentir patética y humillada. No está dispuesta a perder su orgullo y dignidad por un exnovio, ni tirar su carrera por una ruptura. Y estoy cansada de tener que consolarla por sus desconsideraciones.

Adams se aleja con paso firme de Cameron mientras esta suspira y llora en silencio apoyada sobre la pared. Después de unos minutos Cameron se retira al baño antes de hacer sus horas de clínica.

OFICINA DE WILSON

Dos hombres comparten besos mientras uno de ellos está sentado en el escritorio, la puerta está cerrada con seguro y no parecen tener prisa por terminar su sesión de besos.