Capítulo 28 El plan...

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Esa mañana, Hermione salía con su amiga Elena al descanso de las clases. Hermione, embarazada de seis meses, se sentía cada vez más cansada y sensible.

— ¿Vas a ir al baile de primavera, Hermione? —preguntó Elena.

— No lo creo, Elena...

— ¿Por qué? ¿No será por el embarazo? —susurró— Con un hechizo, nadie notaría nada, Hermione.

Hermione sonrió a medias. — Sí, pero llegará un momento en el que no podré ocultarlo más, me siento tan agotada y a veces mis compañeros me preguntan si estoy bien. Además, ¿con quién iré?

Elena sonrió y le puso una mano en el hombro. — ¿Todo esto es por Riddle, verdad?

Hermione sabía que sí, a pesar de que Riddle ahora estaba con otra chica y la ignoraba, en el fondo le dolía. Pero recordó las palabras de su profesor...

— No, Elena, Riddle es pasado. Que haga lo que quiera.

— Pero ¿sigue siendo el padre de tu hijo? ¿No tiene cierta responsabilidad? —inquirió Elena.

Hermione suspiró. — Mira, si él no quiere asumir esa responsabilidad, se lo pierde. No podrá ver a su hijo. Después de Hogwarts, me marcharé lejos.

Elena la miraba con tristeza. — ¿Y tú sola? ¿Adónde irás?

— No te preocupes, me las arreglaré. —respondió con determinación.

— Hablando del baile... —cambió de tema Elena—, Eliot puede querer ir contigo. Dale una oportunidad.

Hermione casi se atraganta. — ¿Eliot? ¡Si es insoportable! Solo habla de lo buen capitán que es en Quidditch.

— Bueno, sí, pero sería una buena pareja para el baile. Además, seguro que si Tom te ve con él, se pondrá celoso.

Hermione estalló en risas que tuvo que contener por su barriga. — ¿Riddle? Celoso... por favor, no me hagas reír.

**********************

Hermione, tras charlar con su amiga Elena, se encaminó a la biblioteca. Al llegar, se situó en su lugar favorito junto a la ventana y se sumergió en la búsqueda de información sobre el qilin en un libro.

De repente, una voz la interrumpió. Giró sorprendida y se encontró con Eliot, el apasionado por el Quidditch.
— ¡Hola, Hermione, soy Eliot! —se presentó.

— Sí, Elena me habló de ti. ¿Qué tal? —respondió Hermione de inmediato.

— Bien, gracias. Siempre te veo ocupada y nunca encuentro el momento para hablar contigo —dijo Eliot algo incómodo.

— ¡Ah, bueno! Soy una chica muy ocupada, pero como ves, ahora estoy charlando contigo —respondió Hermione con una risa algo incómoda.

Eliot soltó una risa nerviosa y le propuso ir juntos al baile de primavera. Antes de que pudiera terminar, Hermione lo interrumpió emocionada:
— ¡Iría encantada!

Eliot emocionado no esperaba esa respuesta.
— ¿En serio? ¡Perfecto! Te pasaré a recoger a las ocho —dijo efusivo.

Hermione sonrió y asintió. Tras despedirse, retomó su lectura pensando en Tom Riddle con una sonrisa en los labios. La cosa se pondría interesante.

Esta misma noche

El Gran Comedor se transformo en un lugar deslumbrante con decoraciones espectaculares, luces parpadeantes y mesas dispuestas alrededor de la pista de baile. Los estudiantes visten trajes elegantes y vestidos deslumbrantes, y la música llena el aire mientras bailan al ritmo de diferentes géneros.

El vínculo inquebrantable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora