Hermione yacía en su cama, pero no podía dormir. Eran las tres de la mañana y lo único que veía era a Tom respirando profundamente totalmente dormido. Empezó a ponerse nerviosa, tenía muchas cosas en mente. Pronto llegaría el final de curso y tendría que despedirse de Hogwarts para adentrarse en un nuevo mundo laboral. El problema era que Grindelwald tenía planes en mente y Hermione había estado teniendo sueños extraños en los que Tom aparecía. Además, cuando llegara el final de curso, Tom quería irse a Albania a buscar la diadema de Ravenclaw.
Hermione se levantó de la cama y se acercó a la ventana, mirando hacia el cielo oscuro. De repente, escuchó un ruido detrás de ella y se dio la vuelta para ver a Tom que daba la vuelta para cambiar de postura.
Lo que no sabía es que Tom también estaba despierto;
Tom se sentía incómodo en presencia de Hermione. A pesar de que habían pasado mucho tiempo juntos, sentía que ella podía ver a través de su máscara fría y calculadora. Había momentos en los que se permitía ser vulnerable con ella, pero siempre se arrepentía después. No quería que nadie lo viera como una persona débil o necesitada.
Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos por mantener su distancia emocional, no podía evitar sentirse atraído por Hermione. Ella era inteligente, valiente y tenía una pasión por la magia que lo fascinaba. A veces se sorprendía a sí mismo pensando en ella cuando no debería.
Pero Tom sabía que no podía permitirse ser vulnerable con nadie, especialmente no con Hermione. Era mejor mantener su máscara fría y calculadora, incluso si eso significaba alejarla. No quería que ella viera su verdadero yo, porque temía que lo rechazara.
Así que Tom continuó siendo frío y distante con Hermione, a pesar de sus sentimientos por ella. Sabía que era lo mejor para ambos, aunque su corazón se retorcía de dolor cada vez que la veía.
Hermione dejó de mirar por la ventana y un impulso la llevó a la cama de Tom. Dudó por un momento, pero finalmente decidió acostarse a su lado. Necesitaba compañía. Con el embarazo avanzado, sus sentimientos estaban a flor de piel y la frialdad de Tom la afectaba más de lo que quería admitir.
Tom se dio la vuelta y se encontró con Hermione acostada a su lado. —"¿No puedes dormir?"-,preguntó él.
Hermione asintió con un movimiento de cabeza. Sin más, Tom extendió los brazos para que ella se apoyara en él. Al principio, Hermione dudó, pero finalmente cedió. Cuando se acurrucó junto a él, un impulso la llevó a acariciar su torso con un dedo.
Tom se inclinó un poco y la miró fijamente. De repente, la besó apasionadamente, algo que Hermione nunca esperó. Pensó que lo rechazaría, pero en cambio, se dejó llevar por el momento.
Los dos se besaron con pasión, dejando atrás cualquier barrera emocional que habían construido. Hermione se sentía segura en los brazos de Tom, y él se sentía vivo por primera vez en mucho tiempo.
Finalmente, se separaron y se miraron el uno al otro, con una mezcla de sorpresa y deseo en sus ojos. Sabían que habían cruzado una línea peligrosa, pero también sabían que no podían resistirse el uno al otro.
—"¿Qué acabamos de hacer?"—,preguntó Hermione, con una sonrisa nerviosa.
—"No lo sé"—,respondió Tom, acariciando su cabello. —"Pero sé que quiero hacerlo de nuevo".
Tom atrajo a Hermione hacia él. Profundizando el beso con más pasión, comenzaron a sentir la llama de la lujuria.
En ese momento, Hermione detuvo a Tom, preocupada. —"Tom, creo que no sé si es bueno para el bebé... y no sé..."—Tom calmó a Hermione acariciándole el cabello. —"Tranquila, seré cuidadoso", —le aseguró.
Con esas palabras, continuó recorriendo con caricias y besos. Lentamente, deslizó los tirantes del camisón de Hermione, y trazaba su clavícula hasta llegar a su pecho. La besó con intensidad mientras ella emitía suaves gemidos de placer.
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El vínculo inquebrantable
FanfictionEn "El Vínculo Inquebrantable: Tom Riddle y Hermione Granger", se narra la historia de un joven Tom Riddle, decidido a cambiar el mundo mágico desde sus cimientos. Durante su búsqueda de poder y conocimiento, se encuentra con Hermione Granger, una b...