SIGMUND
Todo está listo para la cena de Braun con Schindler, estoy preparado para darle la lista, 100 personas de las cuales 96 fueron escogidas al azar; obviamente Henryk fue elegido por mí, su apellido es Novinsky, muy polaco desde luego, el nombre de su novia también lo escribí, pero aparte decidí colocar el nombre del prisionero al que salvó el padre Kolbe, después de todo él dió su vida para que sobreviva y no dejaré que sea en vano; por último averigue el nombre de la chiquilla que ví el otro día buscando en la basura y cómo aún vive la incluí en esta lista para que la saquen de aquí.
El señor Schindler llegó en su elegante auto pasadas las ocho de la noche, él me hace una seña y nos dirigimos discretamente al baño, yo le muestro la lista y el la toma en sus manos; de su bolsillo saca un sello con las iniciales de las SS y puso una firma exactamente igual a la del Reichsführer-SS Heinrich Himmler; estaba falsificando la rúbrica de un alto mando del estado Alemán y yo que la había visto muchas veces no notaba la diferencia.
-Con esto será suficiente, soy un experto falsificando firmas, por eso es que estoy en mi posición privilegiada hoy en día; le haré creer a Braun que Himmler solicitó específicamente a estas personas para trabajar en mi fábrica-. Ambos salimos y él se sienta de nuevo con Braun y después de la cena le habla de la lista, Braun casi no pudo ocultar su sorpresa debido a la firma estampada y de quién se trata; sin embargo, no objeto ante los nombres puestos en esa lista y dió la orden de que en dos días esas personas salgan, pero con la condición de que cada cierto tiempo reciban una inspección de supervisión de su parte; ese viejo zorro es un desconfiado, por algo ha llegado tan lejos en esta guerra; yo particularmente sentí un gran alivio, fue tanta la emoción que hasta un fuerte vertigo me dió y tuve que sostenerme de la pared, pero estoy feliz porque Henryk saldrá de aquí, no puedo esperar a contárselo.
Schindler y Braun se despiden y todo queda concretado para dentro de dos días, yo salí con la esperanza de toparme con Henryk y en efecto lo veo de lejos en la oscuridad, pero no está sólo; Dina lo acompaña, ambos se abrazan y besan en la penumbra que apenas anoche tambien era testigo del beso que él y yo nos dimos tras el edificio, mi primer impulso fué irme, pero recordé que esta zona está cerca del cuartel principal donde estan la mayoría de los soldados; así que con todo el dolor de mi alma decidí quedarme para asegurarme de que nada les pasara a los novios perfectos.
Al mirar como Henryk la envuelve entre sus brazos siento dolor, soy demasiado tonto al pensar en siquiera tener una mínima oportunidad de estar con él de una manera parecida, alguien como yo no puede soñar algo así, mi deseo es imposible, pero hay algo que si puedo hacer y es salvar su vida para que pueda tener una oportunidad de vivir y hacer una familia con la mujer que ama; es el único privilegio que tengo y lo llevaré a cabo. Después de vigilar y de que ellos decidieran despedirse yo regreso a mi habitación con el corazón oprimido, pero al menos pronto será diferente, Henryk estará a salvo y yo podré hacer que me regresen al campo de batalla y así podría al fin cumplir mi promesa.
Esta noche mi cuerpo y mente están muy quebrantados, entre delirio y realidad me quedo dormido, mi mente me juega en contra pues tengo pesadillas muy realistas con Albrecht en los que me reclama por dejarlo sólo "Tu me soltaste" me dice entre lágrimas y por otro lado también soñé con Henryk que después de un beso se reía de mí y se iba con Dina dejándome sólo "Es lo que mereces por ser quien eres" me decía con desprecio; yo me desperté sobresaltado y con mucho malestar, pero decidí ignorar esto, no me puedo enfermar justo ahora porque debo asegurarme de que Henryk salga de aquí, así que con nauseas y debilidad me levanto; me aseo y me visto para comenzar el día.
Camino por los alrededores con Rex y cuando creo que todo está en orden me encuentro con un soldado que está regañando a una muchacha, se trata de Dina, al parecer la descubrieron, Henryk no esta por ningún lado, así que de seguro la dejo aquí para que cruce al lado de las mujeres después de pasar la noche juntos; mi corazón se encoge con este pensamiento pero igual me acerco para encargarme de la situación, pues debo asegurarme de que nada perturbe la salida de Henryk de este lugar.
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AMOR PRISIONERO
AcakHenryk y Sigmund se conocieron en el peor momento y lugar posible, ambos estaban destinados a odiarse, pero a pesar de esta circunstancia entre los dos nace un amor imposible y una pasión desenfrenada; este amor los envuelve en una burbuja que les i...