ABRIR LOS OJOS

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HENRYK

Esa noche me quede al lado de Sigmund todo el tiempo que pude, pero tuve que regresar a mi barraca antes del amanecer; él se recuperó bien de sus golpes, pero a nivel emocional está muy frágil, hasta esa noche estaba completamente seguro de que su padre había muerto y ahora tiene muchas dudas, ha pasado una semana desde el secuestro y ha estado muy triste, pero nuestros encuentros le brindan pequeños momentos de felicidad y quiero ayudarlo, escucharlo y consolarlo cómo lo necesite.

Hoy le dieron la orden de ir con el Sargento Müller a la fábrica de Schindler para supervisar a quienes han sido sacados del campo a trabajar en ese lugar; el sargento le dijo que tomara a un prisionero para que fuera con ellos y por supuesto él me eligió a mi, al llegar la hora de salir subimos a un camión militar, al ver de nuevo el letrero de la entrada "El trabajo os hará libres" me hace reflexionar en el hecho de la cantidad de veces que he salido de este lugar y vuelto a entrar de forma voluntaria; si alguien me hubiera dicho el año pasado que haría algo así lo habría golpeado sin dudarlo, que ironía, pero Sigmund y yo nos iremos de aquí pronto.

Estuvimos mucho tiempo en el camino, Sigmund iba delante con el Sargento y yo fuí sentando en la parte de atrás del camión, al llegar estoy un poco nervioso al pensar en la posibilidad de encontrarme con Dina, no la he visto desde aquella tarde fría en la que subió al tren y la verdad es que no sé que le diré si la veo, de seguro querrá conversar conmigo y la verdad es que yo no quiero dar más explicaciones de las que le dí en la carta ni tampoco hablar de un futuro que ya no deseo construir con ella, pero tendré tacto pues ella sigue siendo alguien a quien aprecio.

Bajamos del vehículo y entramos en el enorme edificio, es un complejo bastante grande y en el recorrido puedo notar la gran cantidad de personas dividas en grupos aunque todos llevan uniforme parecen estar en mejores condiciones que en Auschwitz, el Sargento le ordena a Sigmund hacer una evaluación del lugar para chequear que todos los prisioneros estén mientras el atiende varios asuntos con Schindler; entonces él y yo empezamos el recorrido, pasamos por cada grupo y aunque al principio miraban a Sigmund con miedo poco a poco el les transmite algo de confianza.

-Todos están aquí gracias a él-. Les digo a cada grupo con discreción cuando Sigmund no me escucha, se que no le gusta llamar la atención, entonces en el recorrido los semblantes van cambiando a medida que la información va transmitiendose entre ellos; yo observo cómo habla con la gente y como es de respetuoso, es fácil enamorarse de él sin duda; casi al finalizar el recorrido una persona se acerca corriendo y me abraza, se trata de Dina, ella apareció de la nada y ahora creo que estoy paralizado.

-Henryk! No sabes lo feliz que estoy de verte! Amor mío al fin estás aquí conmigo-. Yo por instinto la abrazo, quiero mantener distancia pero eso no significa que la empuje o algo parecido; Sigmund me mira incómodo y decide irse con otro grupo dejándome sólo con ella, Dina me mira con ilusión y esperanza; yo tengo que poner un fin a esta situación por su bien y el mío.

-Dina...me alegro que estés bien, ven hablemos aparte en un lugar más tranquilo-. Ella me sonríe y me toma de la mano para llevarme a un lugar cercano, yo sin perder de vista a Sigmund trato de mantener la distancia más respetuosa con ella.

-Amor mío...no sabes cuánto te he esperado, lo preocupada que he estado por ti, verte bien es todo lo que necesito, te amo, por favor no vuelvas a separarte de mi nunca más-. Esto me duele, no quiero hacerle daño, pero ya no puedo dejarla seguir con la ilusión de que tendremos un matrimonio o un futuro juntos cuando mi corazón y mi mente están con Sigmund.

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