SIGMUND
Los brazos de Henryk son fuertes, sin duda despiertan mi curiosidad, así que los toco con cuidado; hace unos minutos él me ha levantado del suelo sin mucho esfuerzo, no puedo evitar acariciarlos, él está sobre mÍ y sus labios se posan en mis mejillas, mi frente y después mi boca, nos besamos dulcemente por unos minutos recostados en el suelo frío, pero no me importa pues su cuerpo me mantiene cálido igual que sus besos.
-Tienes la boca mas bonita que he besado en toda mi vida-. Yo me sonrojo con sus palabras, en realidad siempre me he avergonzado de mi boca y el hecho de que me diga algo así me parece especial e increíble.
-De verdad piensas eso?-. Vuelve a besarme de esa forma en que sólo él podría, haciendo que mi corazón lata con fuerza; pero debemos continuar con nuestro camino así que nos levantamos del suelo y terminamos de llegar al galpón en donde están las calderas que le darán calefacción a las instalaciones de los dormitorios donde viven los oficiales.
Entramos y empezamos nuestro trabajo, con algo de fuego encendimos las dos calderas, tomamos unas palas y empezamos a alimentarlas con carbón, poco a poco la atmósfera del lugar se calentó mucho y era cada vez mas difícil acercarse a la estructura de hierro, yo me quite la parte de arriba del uniforme y Henryk hizo lo mismo; mientras terminamos de hacer que el fuego sea lo suficiente cómo para durar unas horas, él y yo hablamos como siempre; sin embargo, esta vez él me hace una pregunta que hasta ahora no me había hecho.
-Quien es Albrecht? Es que...la otra noche, cuando estabas en el hospital con fiebre no dejabas de repetir su nombre, de seguro es alguien importante para ti-. Yo me quedé estupefacto ante sus palabras, nunca pensé que mis pesadillas fueran descubiertas y menos por Henryk; ahora sólo puedo decirle la verdad y hablarle sobre él, sobre la persona a quien no pude salvar.
-Bueno...Albrecht es...mejor dicho era, mi mejor amigo, nos conocimos en la infancia pues su madre y la mía iban juntas a los mitines de Hitler en el campo Zeppelin, nosotros dos crecimos juntos y asistimos al mismo internado militar durante cuatro años; al salir fuimos llevados a pelear en Stalingrado, él estaba muy entusiasmado con la guerra y el hecho de que nos tuvieran en reserva hizo que por impulso se colara antes de tiempo en las trincheras enemigas, al regresar era una persona diferente, estaba muy traumado-. Henryk escucha con atención mi relato dejando de palear el carbón por un momento.
-Un día Braun reunió una pequeña tropa y nos llevó al bosque para explorar el terreno; Albrecht sólo se quedaba tranquilo si yo estaba cerca así que en secreto caminábamos tomados de la mano para no separarnos, pero mientras andábamos yo me distraje y solté su mano sólo un instante, entonces piso una mina antipersonas; él murió, aquel explosivo estalló, yo intenté llegar hasta él pero era inútil, me dijeron que Braun me salvó pero eso nunca me importó, él único amigo que tenía ya no estaba, seguir viviendo se convirtió en una tortura para mí, hasta el día que te conocí a ti-. Terminé de hablar y Henryk se me acerco tomando mi mano y besando mi mejilla, no me había percatado de nuestra semi desnudez, al abrazarnos la calidez de su cuerpo me sorprende, quiero más de ese calor.
-Creo que debemos irnos, déjame ver si ya empezó a nevar-. Le digo alejándome de él y llendo a la puerta; al abrir el panorama definitivamente se ve completamente nevado y la tormenta sin duda seguirá por un largo rato, si nos vamos ahora la noche nos sorprenderá y quedaremos atrapados en la nieve.
-Tendremos que esperar un rato, la nevada se intensificó y no podremos salir; debes tener hambre guardé algo de fruta y unas galletas por si esto pasaba, también agua-. Él me sonríe y ambos nos sentamos un rato en unos sacos de heno reservados para hacer los "colchones" que usan los prisioneros o alimentar a los caballos de los oficiales que los tienen.
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AMOR PRISIONERO
AcakHenryk y Sigmund se conocieron en el peor momento y lugar posible, ambos estaban destinados a odiarse, pero a pesar de esta circunstancia entre los dos nace un amor imposible y una pasión desenfrenada; este amor prohibido los envuelve en una burbuja...