HENRYK
La fiebre de Sigmund disminuyó un poco, pero aún así cada tanto tiempo tiene delirios, yo sostengo su mano y procuro quedarme cerca vigilando su malestar; yo tengo un desagradable nudo en el estómago, escuchar el nombre de otro hombre en sus labios de forma tan ferviente y necesitada me hace sentir mal, me pregunto quien es ese sujeto llamado Albrecht y porque Sigmund lo necesita tanto que lo llama entre su inconsciencia; acaso... es que él es...ellos dos?...-.
-Albrecht...por favor no te vayas...te lo suplico, prometo que esta vez no soltaré tu mano, no me dejes sólo aquí-. Vuelve a decir Sigmund entre sollozos leves, no entiendo porque él es tan especial, debe ser muy importante en su vida para que lo llame de esa manera tan imperativa.
-Sigmund no estás sólo, soy yo Henryk...no te voy a dejar, concéntrate en mí, olvidalo a él porque yo estoy aquí ahora-. Le digo muy cerca de su rostro para que me escuche con claridad sosteniendo su mano con firmeza, él permanece con sus ojos cerrados, parece desconcertado por un breve instante entre sus pesadillas, pero después se calma y aprieta mi mano también.
-Henryk...-. Él ahora dice suavemente mi nombre y dibuja una sutil sonrisa en sus labios, después se queda dormido y tranquilo hasta que la fiebre disminuye casi por completo; yo me quedé a su lado todo el tiempo que me fue posible, pero luego llegó la hora de irme debido al conteo diario de los prisioneros; no quiero causar problemas faltando tan poco tiempo para salir de aquí.
Estando ya en mi camastro no soy capaz de conciliar el sueño, no puedo dejar de pensar en Sigmund, no se que va a pasar con él cuando me vaya, sin mencionar que estoy preocupado por su salud; él me ha dicho que desea regresar al frente de batalla...quiere morir, me pregunto si será por ese tal Albrecht, no entiendo porque le importa tanto, hasta el punto de querer morir, talvez si yo me quedo él no haga una locura, si me quedo podría haber mas listas que ayuden a salir a personas inocentes de aquí.
No se que estoy pensando, esta es mi única oportunidad de salir de este infierno con vida, pero Sigmund se quedará sólo, al parecer por la forma en que llamaba a ese sujeto quedarse sólo le causa dolor y miedo, si yo me quedo él no sentirá eso o si? Talvez se enoje conmigo por desperdiciar mi pase de salida de aquí, también si el ya tomó la decisión de irse sería yo el que se quede atrapado en este lugar; estoy muy confundido, no soy capaz de definir la decisión que estoy tomando más que como una locura.
El amanecer me sorprende con el pensamiento a mil por hora; sin embargo, he tomado la decisión de quedarme, sé que es arriesgado y que quizás Sigmund se enoje conmigo y se preocupe, también perderé a Dina, nos alejaremos, pero ella estará a salvo y es lo único que me importa, de seguro ella sabrá perdonarme, estoy seguro de que si me quedo Sigmund y yo podremos salvarnos el uno al otro y también ayudar a más gente; no paro de repetirme todo esto en mi cabeza para tratar de convencerme a mi mismo de que esto es sensato y de que yo estoy haciendo esta locura por el bien de otros y no por un extraño sentimiento que no soy capaz de entender y al que no puedo dar nombre.
Tomé a escondidas un trozo de papel y un lapiz para hacer una breve carta a Dina, le pido disculpas por no irme con ella, no me atrevo a prometerle que nos reuniremos pronto pues no estoy seguro de que tenga otra oportunidad de salir de aquí, pero me excuso diciendo que ayudaré a mas personas y que encontraré la manera de irme después; ya perdí la cuenta de la cantidad de veces que me he dicho esto para justificarme a mi mismo.
El día pasa muy lento, se supone que debemos estar en los rieles del tren al atardecer, como se nota la ausencia de Sigmund en el taller, el maltrato se hace presente por primera vez desde que llegamos, el guardia suplente nos grita e incluso nos golpea por cualquier cosa, sobretodo a mí, no se porque pero le caigo mal; dejó sin comer a uno de los prisioneros sólo porque se le cayó una rueda de metal haciendo algo de ruido, eso fue injusto, así que yo decidí darle mi comida a escondidas por solidaridad pero el compartió y así ambos pudimos comer algo; Sigmund jamás ha levantado sus manos contra nadie aquí, nunca deja a los prisioneros sin comer y aunque es serio y distante siempre se hace de la vista gorda ante alguna torpeza o error, tampoco implementa castigos; no soy el único que se da cuenta, los demás prisioneros lo respetan y procuran hacer las cosas bien por la forma en que él nos trata, Sigmund nunca haría algo así.
![](https://img.wattpad.com/cover/364481920-288-k980888.jpg)
ESTÁS LEYENDO
AMOR PRISIONERO
DiversosHenryk y Sigmund se conocieron en el peor momento y lugar posible, ambos estaban destinados a odiarse, pero a pesar de esta circunstancia entre los dos nace un amor imposible y una pasión desenfrenada; este amor prohibido los envuelve en una burbuja...