LLUVIA DE BOMBAS EN BERLÍN

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HENRYK

Disfrutar la paz de la naturaleza se siente extraño, la frescura del agua limpia en mi piel es irreal, los pájaros y el ruido del río me llenan de tranquilidad, hace mucho que no me sentía asi; es una sensación rara pero agradable después de tanta amargura, el sabor de la derrota fue terrible, perdimos Varsovia de nuevo y todo el sacrificio fue en vano.

Churchill hizo todo para ayudar a Polonia, pero Stalin jugó en contra negándose a dejar que los Ingleses usaran su espacio aéreo la primera semana de agosto, se suponía que debían ayudarnos a salvar nuestro país pero la ambición Soviética pudo más que las alianzas; esto nos hizo mucho daño, resistimos durante casi un mes en una batalla feroz pero eso no sirvió, los Alemanes tomaron el control de Varsovia de nuevo y literalmente destruyeron edificios, calles y desfiguraron la cuidad por completo hasta dejarla vuelta escombros; mataron sin mirar edad o género, violaron mujeres y fusilaron a los soldados que capturaban.

Yo sobreviví por pura suerte, un grupo de hombres nos adentramos en la red alcantarillado y salimos de allí, eso me quebró, salir huyendo después de tanta batalla y esperanzas, ahora estamos en las montañas a kilómetros de Varsovia y se supone que estamos organizándonos de nuevo para otro levantamiento, según dicen Berlín está por ser bombardeada y eso no lo resistirá el Régimen Nazi; yo perdí la esperanza, no quiero regresar a Varsovia y pelear de nuevo inútilmente para facilitarle las cosas a Stalin, estoy seguro que nuestro gobierno en el exilio no hará nada en su contra y Polonia pasará a pertenecer a la Unión Soviética.

Yo no quiero ver eso, pero no sé que hacer, no tengo a donde ir y tampoco conozco a nadie fuera de Polonia, para calmar mis pensamientos decidí darme un baño en el río y el agua fría me tranquiliza de una forma rápida; mientras floto en el pozo natural pienso en mi sueño de vivir en Grecia, lo siento mas lejos que nunca, cómo algo imposible, ese país también sufrió por la guerra pero no de la misma forma que Polonia así que hacer una vida allá no debe ser tan difícil, a mi mente viene la imagen de Sigmund pues era con él que quería ir ahí.

Si tan sólo pudiera tener la mínima esperanza de volver a encontrarlo, quisiera saber de él, espero que no haya muerto en esta guerra y que pueda verlo aunque sea un instante, pero no cómo aquel día en Varsovia que tuve aquella extraña alucinación donde Sigmund se veía como un fantasma intentando hablar; quiero verlo sano y salvo, tenerlo de nuevo entre mis brazos y no soltarlo jamás, es mi deseo y un sueño que parece inalcanzable.

Escucho que alguien me llama en la orilla del río, miro y me percato de que es Elisa la hija de Samuel Bauman, un empresario rico Judío de renombre en Varsovia, esta familia apreciaba mucho a mi abuelo y ellos estuvieron atrapados en el Gueto pequeño con los otros Judios adinerados de la cuidad y él particularmente se quedó allí de forma voluntaria para participar de la resistencia usando sus recursos, ahora al parecer ya no quiere formar parte de eso igual que la mayoría.

La chica me llama y yo salgo del río con discreción pues estoy desnudo y no quiero faltarle el respeto, ella se acerca cuando aún me estoy vistiendo y no soy tonto ella me ve con otros ojos pues no disimula, recuerdo que siempre fué una niña de papi y muy mimada aún en los peores tiempos del Gueto, ahora tiene 18 años y ya no es una niñita, Elisa tiene la piel blanca y un largo cabello café lacio cómo la seda, Los ojos negros y grandes que le dan un aire de muñeca a su rostro, debo tener cuidado con ella, pues desde que llegamos aquí no ha dejado de perseguirme y de insinuar un hipotético noviazgo.

-Henryk mi padre quiere verte, tiene algo que decirle a todos...oye creo que tus brazos son los más fuertes que he visto, eres un hombre cómo no hay en estos tiempos, los otros chicos están demacrados o incompletos pero tú no, Henryk, sinceramente que diferencia-. Ella me dijo en tono coqueto y mirándome de arriba a abajo, yo ante esto decidí permanecer serio y en silencio aquella "charla casual" me parecía una imprudencia, ademas insinuar que los otros muchachos no tenían valor por su aspecto físico o por que les faltara algo de su cuerpo por las heridas del combate me desagrado, pues sólo Dios sabe cuanto hemos sacrificado todos para tratar de liberar nuestro país, que una niñita diga eso es de lo peor.

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