Maestro Reggie//Jegulus

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-140 mil dólares- habla James por teléfono, lleva la camisa desprendida, un vaso de whisky en la mano. 

Está sentado en un sillón individual, las piernas abiertas y el pelo despeinado, mientras Harry juega a las pociones mágicas en el piso de la cocina.

Regulus se queda mirándolo por lo menos 20 minutos, sus ojos no pueden asimilar la hermosura que tiene frente a él.

Olvida los olores, olvida que le robaron, olvida a su madre, olvida todo menos a James.

Realmente necesita contacto físico e íntimo.

-Te corto, Sirius. Termina con eso tú- repasa el filo del vaso con su pulgar- sí, está mejor. El sábado estoy allá, debo preguntarle si quiere venir. ¿Irás en el auto rojo?- James mira a Regulus- bien, me voy. Me espera Reggie. No, Sirius, no tendrás sobrinos- Sirius responde- no aún- sonrie divertido y corta.

Regulus eleva una ceja.

-¿Hijos?

-Es molesto, solo ignoralo- amplía su sonrisa y le hace una señal para que se acerque.

Regulus lo toma como una invitación a sentarse sobre él, tomando a James por sorpresa.

Regulus lo abraza y descansa su cabeza en el pecho de su novio.

James acaricia la cintura de Black, mientras éste suspira.

Inconscientemente, el maestro se restriega sobre Potter, buscando contacto.

-Regulus- advierte James, su pene ya está erecto y no quiere confundir las cosas- No juegues conmigo, ¿sí?

-¿Mhm?- pregunta suspirando. James mira para abajo-Claro, lo siento- responde sonrojado- yo... y las hormonas... la menstruación...- trata de explicarse, pero no termina ninguna oración. Con rapidez sale de encima de Potter- voy con...

-Harry- completa James- iré a ayudarme- sonrie divertido- y a bañarme, si dejas solo a Harry gritame.

-¿Por qué lo dejaría solo?

-Dijiste que querías descansar- responde parándose.

-Sí pero nunca dejaría solo a Harry, ni aunque sea la persona más cansada del mundo.

James sonrie enternecido y camina escaleras arriba.

Regulus suspira.