Maestro Reggie//Jegulus

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-Papá- James sigue escribiendo en su laptop, Harry casi nunca lo llama, así que no le parece raro que busque a Regulus con el "papá" y no "papi"

-¿Sí, cariño?- responde Regulus desde la cocina.

Harry tira de la manga de James.

-Papá James- responde.

Potter frunce el ceño saliendo de su computadora.

-¿Yo, cariño?- Harry asiente- dime, hijo- sonrie feliz cerrando la computadora. El niño extiende sus brazos para que le haga upa.

-¿Podemos jugar al fútbol con el tío Sirius? como antes.

-Claro- responde emocionado mientras aleja el cabello de la cara de su pequeño- ¿cuando?

-¿Podemos hoy?

-Sí, hoy podemos. Nos invitaron a comer los abuelos ¿recuerdas?

-Como todos los domingos.

-Exactamente.

-¿Irán los tíos?

-Sí, irán. 

Harry asiente y se hunde en el pecho de su papá.

-No quería hacerte sentir mal, papá. Perdón.

-Te disculpo, cariño- besa su cabeza- sé que no fue tu intención.

-Tengo hambre- menciona rato después.

-Pero si acabas de desayunar- responde divertido.

-Quiero una fruta, por favor.

James mira a Regulus, quien deja la cámara de lado(les estaba sacando una foto) ambos sonríen divertidos.

-Bien, ¿qué quieres?

-Una banana, ¡no! una manzana roja ¡no! una manzana verde ¡no! uvas ¡no!

-Hazz decídete, cariño.

-Una manzana roja, papá.

-Bien- sonrie tomándolo entre brazos.Regulus ya casi no puede cargarlo, pero James sí. Para el mayor, su pequeño no pesa casi nada. Él elevaba mucho más peso en el gimnasio, más que Regulus incluso.

Potter corta la manzana con una mano, mientras Regulus prepara el postre para el medio día; pero Black se detiene a mirarlo.

James puede con Harry y una manzana, pocos pueden con eso; teniendo en cuenta que Harry ya está bastante grande y pesado.

-¿Estoy haciendo algo mal, cariño?- pregunta James mirándolo por encima de los lentes.

Regulus aleja sus ojos de las grandes manos de Potter, las venas también son visibles.

-¿Uhm?

-¿Estoy haciendo algo mal, cariño?- repite la pregunta para Reggie.

-Tu no haces nada mal, amor- suspira enamorado, deja un suave beso entre sus labios y arregla los lentes de James.

-Eres muy tierno pero yo también me equivoco.

-No lo creo.

-Sí.

-No.

-Sí.

-No.

-No me equivoqué contigo- coquetea volviendo a su labor de cortar manzana.

-Claro que no, yo soy genial- responde sonriente, hace tiempo que realmente lo cree, James lo repite cada tanto y se lo hace ver, sus heridas están sanando. Su madre ya no maneja su mente, su mente es suya ahora.

-Claro que eres genial, eres increíble- responde seguro.

Regulus suspira enamorado y lo abraza por la espalda, buscando contacto físico.

Se encuentra con la cara de Harry un poco más arriba, que lo mira curioso.

James sigue cortando la manzana, sintiendo su mundo abrazándolo.