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Estando en España había quedado con Cheol de hablar a mi regreso, estaba nervioso pero no quería decirle nada a Tn hasta que hubiera algo, no quería hablar antes de tiempo y quedar como un tonto.
Al llegar a Corea, fuimos a casa de Tn, y al día siguiente me vería con Cheol.
Estaba nervioso por lo que pueda suceder, espero no sea otra de sus bromas o sus apuestas.
Descansamos un poco, la mamá de Tn nos preparó una comida muy rica como siempre, me sentía en casa, ellas dos son mi familia.
Al día siguiente me veía al espejo y mi corazón latía más de lo normal, mi pulso estaba acelerado, casi como ansiedad.
Pero todo era por saber qué sucederá con Cheol.
Terminé de arreglarme y por mi mente pasó si ir o no a ese encuentro.
— ¿Ya me dirás a donde irás? —Tn me miró y sonrió de lado.
— Iré a resolver un asunto, si resulta favorable te contaré.
— ¿Y si no es así?
— Igual te contaré.
— Esta bien, sea lo que sea te deseo suerte, llámame si quieres que vaya a buscarte.
— Lo haré, gracias Tn.
— No tienes que agradecer, estaré al pendiente del celular —movió a los lados su móvil.
Asentí y salí de la casa, tomé un taxi para dirigirme a aquel restaurante situado dentro de un hotel.
Al llegar mis nervios aumentaron, estaba parado justo afuera del restaurante, podía huir y terminar con todo esto y hacer como que nunca conocí a Cheol, pero mi corazón quería ir y cerrar esta parte de mi vida para sanar y seguir adelante.
— Buenas noches, ¿tiene reservación?
— Me esperan en una mesa.
— ¿A nombre de quien?
— Choi Seung Cheol.
— Así es, sígame por favor.
Seguí a aquella chica y antes de llagar a la mesa lo vi estaba de espaldas y me di la vuelta para salir corriendo, pero mis piernas no reaccionaban.
— Es aquí —dijo la señorita cerca de la mesa.
— ¿Te irás? —escuché su voz.
— No, para nada —sonreí nervioso— Gracias señorita.
— De nada —hizo una reverencia y se fue de ahí.
— Toma asiento Hao.
— Gracias Cheol.
Me senté frente a él y nos miramos por unos segundos, esos ojos tan cautivadores que tiene, su mirada tan penetrante seguían derritiéndome, no hablar de su sonrisa coqueta y al hacerlo esos hoyuelos que tanto me gustaban, él es mi tipo ideal, lastima que me haya lastimado tanto.
— ¿Como has estado? —preguntó.
— Bien, llegué ayer, estoy viviendo en casa de Tn, pero la otra semana viajaré a china, necesito arreglar unos asuntos de mi padre, eso depende mi regreso a Corea.
— ¿Y si tu decisión es ya no volver?
— No perdería nada, más que a mis amigos pero existen teléfonos, a demás no es que me vaya al otro lado del mundo.
— ¿Y yo que?
— ¿Tú qué?, ¿que hay contigo?
— ¿Me dejarás aquí?