4. Push

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𝓜𝓲𝓬𝓴

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𝓜𝓲𝓬𝓴

Apresurado subí las escaleras hasta el segundo piso, Dios... ¿cómo era posible que volviera a llegar tarde a tan importante reunión? Me tomó unos segundos recobrar la respiración, creo que tengo una excelente condición física pero por alguna razón mi corazón se sentía agitado, mi respiración forzada y me encontraba sudando.

Si, había salido a toda prisa de la cafetería, pero no era para tanto. Respiré hondo, toqué la puerta de roble y una voz me respondió desde dentro:

-Adelante Mick, está abierto- escuché responder a mi tío Ralph.

Entré torpemente sólo para quedarme pasmado ante la figura de mi jefe Torger Wolff, nuestro abogado familiar Felix Damm, el ex director de Ferrari y expresidente de la FIA Jean Todt y Luca Badoer, el mejor amigo de papá a quién por cierto tenía años sin ver pero recordaba con cariño como a un tío más, y por supuesto, mi tío Ralph Schumacher.

Estaba también un hombre que no conocía, de mediana edad, delgado y no muy alto, con anteojos y cabello corto castaño, de semblante amable pero serio.

¿Qué es esto? ¿Y ahora estos que se traen? Pensé totalmente perplejo y boquiabierto, sin poder ocultar mi cara de sorpresa.

-¿Buenos días?- Dijo Torger en un tono entre sarcástico y burlón, alzando la ceja y cruzado de brazos en un ademán característico de él - parece que viste un fantasma.

Continué dos segundos más sin hablar ni poder dar crédito a la extraña reunión que tenía enfrente -Discúlpeme Torger, venía un poco apurado, me ha costado recobrar el aliento, buenos días a todos- respondí un poco trabado sin poder disimular la sorpresa. -Pero, ¿que hacemos aquí?-Pregunté, no tenía idea de por que mi tío me había citado.

-Mick, hijo, toma asiento por favor- me invitó mi tío Ralph, señalando la única silla vacía en esa extraña sala de reuniones, poco iluminada, donde estos hombres estaban reunidos alrededor de una robusta y ovalada mesa de madera de estilo antiguo. Esto cada vez me parecía más sospechoso. Mi tío aunque cariñoso soñaba más serio que nunca.

Procedí a sentarme entre mi tío Ralph y Luca, quien palmeo mi espalda en un gesto cariñoso, volteé hacia él y me encontré con sus ojos claros, esbozó una gran sonrisa hacia mi, mientras decía -Cuanto tiempo Mick- y en verdad había pasado mucho tiempo, sonreí de vuelta, aún nervioso e intrigado.

Junto al tío Ralph se sentaba Felix a la cabecera, apoyando sus manos sobre una carpeta gris sobre la mesa, observándome con atención. Al lado de Felix se encontraba Jean Todt, quién a pesar de mirarme sonriente como siempre notaba un poco de melancolía en su mirada, a un lado de él y justo frente a mi mi jefe Torger, tan intimidante como siempre, y entre Luca y el estaba el sujeto desconocido para mi hasta ese momento, quien parecía totalmente absorto en sus pensamientos, me miró disimuladamente y volvió a poner la vista hacia el frente.

Michael Schumacher: A second lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora