Más allá de la conciencia, existe una segunda oportunidad para seguir soñando.
*Nota: esta historia es 100% ficticia creada desde la completa admiración y el respeto hacia todos los personajes que aparecen aquí. Para nada se busca ofender ni causar...
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Michael
La carrera hacia sido retrasada por casi 50 minutos, los comisionados de la FIA habían tomado esta decisión ya que la lluvia torrencial implicaba un riesgo grave para salir en pista, y de acuerdo al radar metereológico la lluvia cedería un poco en 15 minutos más, sin embargo no había señal de que tal cosa fuera a ocurrir, esperaba impaciente en el motorhome, por primera vez, sentía un poco de miedo por las condiciones climatológicas del momento.
Conversaba con Fangio quien como era usual, trataba de levantar el ánimo de todos, incluyendo el de los mecánicos quienes comenzaban a aburrirse y desesperarse. Jules se acercó a saludarme como ya se había vuelto costumbre, Elio lo acompañaba contemplando la pista, cuando Jules se animó a decir lo que nadie más había podido.
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—¡Es imposible correr en este circuito! La pista está completamente inundada— decía Jules preocupado, sabía lo nervioso que lo ponía este circuito en particular.
—Aún recuerdo Silverstone el año pasado, no podía ver nada, con esa lluvia del orto tuve que parar a boxes para limpiar mi visor ...¡tres veces!— dijo Fangio alzando la voz.
—Parece un lago ahí afuera— dijo Jules apesadumbrado.
—Creo que esto es aún peor maestro— le comenté a Fangio— no creo que nos hagan correr así.
—Bueno, si no podemos correr, ¿por qué no hacemos una carrera de barcos? Schumi, tú puedes ser el capitán del barco, ya tienes experiencia en ello— dijo Elio en tono alegre aligerando bastante la situación por fin haciéndome sonreír mientras mis compañeros reían a carcajadas.
—¡Eso es una gran idea, Elio! Y Jules, tú puedes ser el timonel— comentó Fangio aún riendo del comentario anterior.
—Jajaja no gracias, eso no salió muy bien la última vez, ¿imagínense que terminemos naufragando en la curva de Spoon?— le respondí a mis amigos.
—Pues si es así tendrás que rescatarnos—dijo Jules guiñándome un ojo, y le sonreí.
—Sólo espero no nos hagan nadar hasta la meta— suspiró Elio tratando de sonar serio haciéndonos reír a todos de nuevo.
