Capítulo 25

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Violeta se despierta con los ojos algo hinchados, sigue abrazada a Denna y aún es temprano, rodarán las seis y diez de la mañana pero la pelirroja, a pesar del cansancio, no puede dormir más.
Se remueve un poco en la cama buscando más calor de Denna y cuando lo consigue está sobre ella abrazándola muy fuerte porque necesita saber que está ahí, con ella, protegiendola.
Hoy tendrían clases, es lo último que le apetecía pero ver a Chiara le hacía mucha ilusión, además quería ir con ella a dar un vuelta luego y decide que le preguntará. Una tarde olvidando todo lo malo no le vendería nada mal, la rubia al sentir a la pequeña remolonearse se despertó y comenzó a acariciarla.

— ¿Que haces despierta? Duerme un rato más.

— Duerme tú, estoy bien. — Respondió mientras se arropaba mejor. — Perdón por despertarte.

— Nada, no te preocupes. ¿Nos quedamos aquí un rato o nos levantamos?

— Nos quedamos. — Respondió rápido.

Denna por instinto rió al sentir a su amiga aferrarse más a ella, ya no la notaba tan a la defensiva, siempre había un poco de miedo pero a veces dejaba caer la guardia.

Ninguna volvió a dormir, solo estaban tumbadas tranquilas, esperando que la alarma sonara y cuando así fue, amabas se levantaron y se prepararon para irse, cuando estuvieron en automóvil pusieron la radio y se sumergieron en un silencio.

— Hoy no como en casa, tampoco creo que duerma.

— ¿Y eso? — Preguntó Denna.

— Iré con Chiara. — La rubia sonrió con picardía. — Denna no empieces.

— ¿Que te traes con ella?

— Nada.

— Sí, y yo soy Karol G. Por Dios Violeta, como esa chavala se preocupa por ti no es normal. — Le comentó.

— Denna, creo que me gusta. — Susurró en un tono ineludible totalmente avergonzada.

—Eso es bueno. — Dijo conteniendo la risa y un "lo se" atorado en la garganta.

— Me da miedo. — Se sincero y la rubia la miró con una ceja alzada. — Me da miedo no poder quererla como se merece, ella merece más que un juguete roto. — Habló triste y Denna miró entristecida.

— Deja de decir eso, no estás rota Violeta. Solo necesitas a alguien que te aprecie, Chiara te quiere mucho y tú a ella. No lo desperdicies por pensamientos estúpidos.

El resto del camino vuelve a ser silencioso, Denna con la mirada en la carretera y Violeta sobrepesando como últimamente suele hacer en sus ratos libres.

Cuando llegan al centro se bajan del coche y caminan hacía la entrada, al llegar allí se separan y cada una se va a su clase.
Violeta se adentra a la clase, sigue algo vacía pero no tanto como otros días por qué hoy no ha entrado tan temprano. Toma asiento unas mesas más alante de lo normal pues la suya está ocupada y espera pacientemente a que la clase empiece.

La cara se le ilumina al ver entrar una chica con melena oscura como la noche y ojos verde aceituna y una sonrisa se forma en su rostro. La inglesa al verla se acerca y se sienta a su lado sin ni siquiera preguntar, la abraza por la cintura y luego deja un beso en su mejilla.

—¿Estas mejor? — La pelirroja asintió. —¿Dónde estuviste anoche? Denna preguntó si estabas conmigo, la tenías muy preocupada.

— Salí a la playa. — Respondió sin más. — Lo siento.

—Ya se que estuviste allí, le dije a Denna que probablemente estarías ahí y me avisó nada más verte. — Comentó. — Y no te disculpes, solo... La próxima vez avisa ¿Sí? Y nos ahorramos un disgusto. —Añadió

La pelirroja bufó y contesto — Está bien, mamá. —Dijo sarcásticamente ganandose un golpe de Chiara en el hombro que le hizo achantarse.

— Que cagona, no te voy a hacer nada. — Rió la ojiverde ante la reacción sin saber lo que había detrás de ella.

La pelirroja rió incómoda y sonrió falsamente.
Chiara se volvió a acercar a ella y dejó algunos besos en su cabeza y la pelirroja sonrió como una tonta, luego le devolvió los besos pero en la mejilla sin darse cuenta de que eran el foco de atención de casi toda la clase, algunos miraban con algo de asco, siempre hay algún tonto que no entiende el amor entre dos personas de un mismo sexo pero otros miraban tiernamente la relación entre las chicas.
La clase comenzó y como de costumbre, entrelazaron las manos bajo el pupitre y las dejaron apoyadas sobre las piernas de Chiara mientras se proporcionaban caricias entre ellas. Compartían sonrisas y miradas, además de palabras cuando podían, estaban en una burbuja que nadie podía explotar, donde nadie les dañaba ni nadie las juzjaban eran solo Kiki y Vivi.

***

El transcurso de la media mañana fue rápido, pues a Violeta y Chiara le tocaban todas las clases juntas y se divertían entre ellas todo el tiempo.

Ahora ambas estaban sentadas al sol en un rincón de patio esperando a los demás, tardarían unos diez minutos pues sus clases se solían alargar, no como las de ellas pues tecnología solía terminar tiempo antes.

— Oye Kiki. — Llamó su atención. — ¿Te gustaría salir luego conmigo? Al centro comercial o algo. Donde tú quieras. — Habló nerviosa y Chiara sonrió.

— ¡Claro que sí! ¿Comemos fuera? — La pelirroja asintió. — ¿Duermes en mi casa? Estoy sola, Naisra y Bea están de viaje. — Dijo sin segundas intenciones.

— ¡Vale!

Chiara se abrazó al torso de la pelirroja mientras esperaban a los demás. Estaban en silencio mientras que Violeta acariciaba a la morena, quién acabo tumandose sobre las piernas de la pelirroja y recibió caricias en la nariz, aquello le sacaba sonrisas, nada le parecía más romántico que aquello.

— Me encanta esto. — Musitó

— ¿El qué? — Preguntó Violeta

— Las caricias, sobre todo en la nariz. — Aclaró sonriendo y Violeta sonrió con dulzura.

— A mi me encanta que te encanten. — Agachó su cabeza para dejar suaves besos en su cara y por último un pico en los labios, no sin antes mirar a su alrededor.

Ruslana fue la primera en llegar, seguido de ella, Martín y Juanjo, y por último Denna con su romance, Alex. Se sentaron en círculo pero Chiara ni siquiera se planteó levantarse ni dejar de recibir caricias por parte de Violeta.
La mano con la que Violeta no acariciaba su cara de encontraba en la barriga de la menorquina y de vez en cuando la acariciaba sobre el body negro.

Los demás chicos se daban miradas entre ellos pues sabían que se traían algo aquellas dos chicas pues esas miraditas y esa conexión no se tenía con cualquiera.

A las siguientes clases se tuvieron que separar y quedaron en la puerta del instituto para salir nada más tocara la campana y así fue, tras unas aburridas horas de clase amabas estaban en la puerta.

—¿Vamos?— Preguntó Chiara agarrando su mano.

— Vamos.

Les esperaba un larga tarde juntas.

❤️❤️❤️

Calma mis amores que no he desaparecido, solo estoy de exámenes.
Además, despues de estructurar lo que quería hacer en mi cabeza ya tengo todo más claro y actualizaré más rápido.

Kisses from L 💋

A Escondidas / KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora