Capitulo 12

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Chiara se despertó poco a poco cuando la alarma comenzó a sonar, una sonrisa en la cara se le formó cuando recordó que aquel día Violeta iría a su casa a estudiar.
Anoche se acostó dándole vueltas a lo que Ruslana le había contado.
¿Realmente serían capaces? Ese instituto iba desde 1° E.S.O hasta 2° de bachillerato. Demasiadas clases y eso era igual a demasiadas personas.

Pero a lo mejor Chiara no estaba tan lejos de aquella chica.

Se levantó de su cama y se vistió rápido, se había quedado en la cama demasiado tiempo desperezándose y se le hacía tarde si seguía ahí tirada.
Rebusco entre su ropa unos pantalones negros, un top del mismo color y una sobre camisa y salió de su habitación para encontrar la cocina vacía, probablemente sus compañeras de piso seguían dormidas.

Desayuno sus cereales con miel y plátano de todos los días y agarró sus cosas para salir de casa. Hoy presentía que sería un buen día.

***

A Violeta comenzó a sonarle la alarma pero no sentía la más mínima fuerza de levantarse, ni ella ni las dos chicas que compartían cama a su lado.
Gruñó enfadada y adolorida.

Aquella noche fue terrible, las pesadillas comenzaron a azotarle al igual que los recuerdos, sin aguantarlo más se echó a llorar. Se sentía tan guarra.

—No hace falta que vayamos hoy a clase, nos quedaremos aquí las tres. —Le susurró Denna mientras la acariciaba la mejilla. Su hermana pequeña la abrazaba por el otro lado totalmente dormida. Denna y Tana hicieron turnos para ver quién cuidaba de la chica pero al final ninguna conseguía dormir cuando le tocaba a la otra.

—Vale. — Fue lo que alcanzó a decir con una voz ronca. — Denna...— La llamó

— Dime

— ¿Podemos dormir contigo está noche otra vez?— Preguntó algo avergonzada, no quería poner en un apuro a su amiga.

— Las que necesites cariño. Voy a preparar el desayuno. — Dijo dejando un beso en su frente mientras se levantaba de la cama.

—Yo voy a darme una ducha. — masculló.

— Vio...

—¿Qué?

— No fue tu culpa.

— Lo se. — Dijo algo insegura.

— Mientes, te conozco y se que crees eso. — Violeta se quedó en silencio. — No te martices.

Sin más que decir, Denna salió de la habitación y se fue a la cocina.
La pelirroja se levantó con cuidado de la cama, arropó bien a su hermana y tras un último vistazo se dirigió al baño.
Al mirarse al espejo no pudo evitar sentir asco ante aquella imagen, asco de si misma. Un nudo en el estómago la obligó a arrodillarse ante el retrete y vomitar.

Denna corrió hasta el baño y se puso tras su amiga, sujetó la corta melena  de la chica y con su otra mano le sujetó la frente evitando que la cabeza de la pelirroja entrará al váter.

—Ya está, échalo todo. — Decía mientras que la chica seguía vomitando.

Cuando al fin levantó la cabeza la rubia no pudo evitar derramar alguna lágrima al ver la malita cara de su amiga.

—Mucho mejor. — Dijo Violeta en un tono gracioso tratando de destensar el ambiente.

Recibió un rápido abrazo de su amiga y se metió a la ducha.
Refrego su cuerpo con jabón tratando de borrar todo rastro de él. Comenzó a enjuagarse el pelo y el cuerpo y luego salió de la ducha y se envolvió en la toalla. Cepillo su pelo mojado y se vistió con un chándal que su amiga le había prestado. Luego camino hasta la cocina con Denna, quién ya ponía un plato de tostadas sobre la mesa.

A Escondidas / KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora