Capítulo 27

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Las dos chicas estaban subiendo ya a la casa de Chiara, al entrar en ella estaba vacía como ya Chiara había advertido.
Las dos chicas estaban unidas por sus manos, parecía mentira que llevarán casi un día entero sin soltarse porque no eran capaces de estar separadas.

—¿Te apetece cenar algo? — Preguntó Chiara y la pelirroja asintió.

—Algo ligerito y luego a dormir, estoy reventada. ¿Dormiremos juntas, verdad? —Violeta necesitaba dormir abrazada a aquel cuerpo.

Chiara sonrió ante la pregunta tan inocente de la chica. —Claro que si boba.

Violeta sonrió cómo si fuera una niña pequeña y se fue a la cocina dando pequeños saltos. Chiara sentía que esa muchacha tenía todo su corazón apropiado.

***
Ambas chicas estaban cenando en la pequeña isla de la cocina totalmente en silencio, sin embargo, no necesitaban hablar nada, solo saber que estaban juntas.

La menor tenía una mano en el muslo de Chiara y la mayor no paraba de acariciar la cintura de Violeta pues tenía uno de sus brazos al rededor de ella.

Al terminar de cenar, las chicas se levantaron de la mesa y la recogieron y juntas fregaron lo que habían usado.
Luego caminaron hasta la habitación de Kiki.

—¿Quieres un pijama Vivi? — Cuestionó la morena mientras se acercaba a los cajones y sacaba un par.

— Sí, porfavor. — La morena le entregó un pijama morado con pequeñas estrellitas. —Gracias Kiki. — La morena respondió dándole un pequeño beso en la frente.

Se dejaron intimidad para cambiarse y cuando las dos estaban en pijama se tumbaron en la cama, la pelirroja echó la colcha sobre ellas y se abrazó al cuerpo de la ojiverde.

—Te quiero. — Susurró.

— Y yo a ti cariño.

Ambas chicas se miran intensamente, sus miradas se desvían constantemente entre sus ojos y sus labios. Poco a poco se van acercando y se juntan en un beso lento donde se demuestra absolutamente todo el amor que se tienen sin necesidad de palabras, con el paso de los minutos el beso se convierte en un beso salvaje y fogoso.
No saben en qué momento Violeta a acabado encima de Chiara y las manos de Chiara en las caderas de la chica.
Las manos de Chiara piden permiso para levantar la blusa del pijama de Violeta.

La pelirroja se queda helada, quiere hacerlo pero no sabe cómo puede acabar pues sabe que el miedo se apodera de ella, lo sobre piensa mientras mira insegura a Chiara. Está segura de que ella no le va a hacer daño pero ese miedo siempre está ahí.

— Si no quieres... — Violeta la calla con un beso.

— Un momento.

La pelirroja se levantó de la  cama y se acercó al interruptor de la luz y luego se acercó a la ventana para bajar la persiana dejando la habitación totalmente a oscuras. Le daba vergüenza que la vieran llena de cicatrices, magulladuras y marcas que solo traían malos recuerdos.
La morena mira espectante a Violeta, bueno, lo intenta pues está todo demasiado oscuro.
Violeta suspira antes de tumbarse en la cama y obliga a la morena a quedar sobre ella, prefiere que la morena mande por qué sabe que ella con solo rozarla se echará a temblar.

—¿Segura? — La morena solo creía que la chica era virgen y tenía vergüenza de hacerlo por primera vez pero nada estaba más lejos de la realidad que eso.

La pelirroja asintió lentamente y comenzó a deslizar con cuidado la blusa de la pelirroja dejando al aire su pecho, no podía verlo pero si tocarlo. Violeta temblaba sutilmente y la morena no le dio mucha importancia.

A Escondidas / KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora