『⁰⁹』

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❝ El único camino para conquistar el corazón de una mujer es a través del tormento. No conozco otro tan seguro.❞

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JungKook bajó el arma mientras empezó a sonreír como un psicópata, soltó una risita y luego relamió sus labios al separarse del rostro de ella.

— No pensé que además de una golosa y apetitosa chica fueses una muy ruda y valiente, muñequita. — murmuró con la voz ronca y ella frunció el ceño. Levantó el arma y le quitó el cartucho para mostrárselo.— Jamás daría muerte a la nena que me vuelve loco... — ella soltó el aire en un suspiro disimulado y después tragó fuerte. JungKook sonrió victorioso.— Pero no te confíes demasiado... — murmuró acercándose.— en cualquier momento me quedo ciego de ira y actúo sin mirar. Así que no me provoques. — susurró lo último pegando la nariz con la de ella.

Él se separó con la misma sonrisa juguetona y emprendió camino hacia la mansión.

— ¿A dónde va? — preguntó exclamando y él se detuvo para girar medio cuerpo hacia ella.

— Tengo trabajo que atender... — cuando creyó que se refería al "laboral" se dio cuenta de que no era ese, ya que JungKook volteó por completo y le mostró la ereccion formada bajo el short mojado.— Me has prendido con esa actitud, así que tengo que bajarla, muñequita. — le guiñó un ojo con la sonrisa traviesa y se dio la vuelta para seguir su camino.

Hyeri bajó la mirada al piso y movió la mandíbula de un lado a otro en descontento con lo reciente ocurrido. ¿En verdad lo había excitado de tal forma con su actitud desafiante? Era un nuevo avance en su plan. Sonrió al pensar en eso y levantó la mirada para girar hacia la mansión.

Mordió su labio inferior al recordar lo que se veía bajo la tela mojada de ese hombre peligrosamente atractivo. Dios, podía decir con seguridad que Jeon JungKook no tenía nada qué envidiar, con ese tamaño complacería a cualquier mujer.

Emprendió camino hacia la mansión al no tener nada más que hacer allí. Se encontró con el señor Sung; quien le ofreció algo de comer mientras estaba listo el almuerzo, a lo cual asintió más que de acuerdo. Pero al caminar por uno de los pasillos que no había explorado, escuchó ruidos, unos extraños junto a voces. Se detuvo de improvisto y quiso escuchar lo que decían:

— Permitame ayudarle con eso. — insistió una voz femenina algo agitada, luego de eso unos chasquidos de besos se escucharon.— déjeme...

— Basta, no se me antoja ese tipo de servicios que ofreces hoy... — murmuró con voz ronca. Esa voz peligrosa y autoritaria.

Hyeri respiró profundamente y como pudo asomó un poco la cabeza, con mucho cuidado de no ser notada. Vio a JungKook aún medio desnudo con el traje de baño húmedo; goteaba el piso pero no le daba importancia, a fin de cuentas era su casa y justo en ese momento se comía la boca de la mujer de limpieza.

Hyeri sonrió en un bufido al ver como él la tenía recostada de un pilar de la pared mientras esa tipeja le masajeaba el miembro. ¿Así que por eso la miraba de esa forma desde que llegó?

Bueno, quizás atormentar a Jeon no sería lo único que haría para divertirse un poco... podía jugar con ella también y así cobrarle las malas miradas y el choque de hombros de hacía un momento. Sería divertido.0

En su momento de distracción no se dio cuenta de algo hasta que reaccionó parpadeando. JungKook la había descubierto, la estaba mirando mientras besaba a la puta de su sirvienta. Lo peor de todo es que parecía disfrutar de verla observarlo, por lo que sonrió de lado para seguir besando a la mujer mientras su mano empezaba a jugar con la falda de su uniforme.

dαmηα†iσɳ ᴶᴶᴷ|₊₁₈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora