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❝ No se envilece lo que se ama.❞

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Hyeri en medio de la oscuridad de la habitación, se levantó dispuesta a ir por algo refrescante para tomar. Había tenido una pesadilla que no recordaba, pero despertó agitada y sudada, por lo que decidió ir por agua.

Al salir al pasillo notó que todas las luces eran tenues, quizás ya era muy tarde pero no revisó la hora antes de salir. Caminó despacio, con cuidado de hacer algún ruido llegando al salón. En el mismo se cubrió un poco más con la bata por el frío que hacía, dándose cuenta que era por la puerta abierta que daba a la piscina. Se acercó a la misma con la intención de cerrarla, pero se detuvo al ver movimientos en la piscina.

Esta tenía luces, por lo que ver a alguien nadando allí no era difícil. Sabía que se trataba de JungKook y por eso salió, se acercó hasta llegar a la orilla y lo vio nadar bajo el agua. Al salir a la superficie, se echó el cabello hacia atrás y en pocos segundos logró ver a su hermosa chica parada a unos metros de él.

— ¿Qué haces aquí afuera, amor? — preguntó con la voz agitada por haber estado un buen rato sin respirar allí abajo.— hace demasiado frío, ve a dentro o te vas a resfriar.

— ¿Por qué estás nadando con este frío? — preguntó ignorando la orden de su parte.

— Estaba dentro cerca de la chimenea y me dio calor. — sonrió un poco y se acercó a la orilla, donde tenía un paquete de cigarrillos y un encendedor. Tomó uno y se lo llevó a la boca para calar de este mismo.

— Mientes. — mencionó para ganarse su mirada.— Te acabas de encender un cigarrillo y pude notar el temblor en tus labios al hablar... — JungKook dio otra calada mirándola fijamente y luego soltó el humo.— ¿Por qué nadas con este frío?

JungKook tragó fuerte y suspiró mirando a su alrededor, notando que no había nadie más que los guardias armados que custodiaban la propiedad a lo lejos.

— Hoy se cumplen diez años del fallecimiento de Somi y me vi lleno de pensamientos tortuosos allá dentro... no aguantaba y... — negó con su rostro llevándose el cigarrillo a los labios nuevamente para dar una calada.— nadar siempre me calma. — culminó luego de soltar el humo.

Hyeri asintió entendiendo pero sintiéndose triste de pronto por eso. Habían pasado demasiados años pero entendía que ese dolor no se borraba con nada.

— No fue tu culpa. — mencionó ella captando su atención nuevamente luego de que este estuviese mirando el agua.

— Claro que lo fue. — la miró con tristeza.— ella me necesitó y no estuve... — bajó la mirada y la volvió a subir conectando sus ojos, el cigarrillo en sus dedos seguía un poco humeante.— al igual que no estuve para ti... — al murmurar eso, Hyeri se acercó y se puso de cuclillas frente a él.

— No recuerdo lo que pasó... — empezó y levantó la mano para pasarlo en la mejilla fría de él, viéndolo cerrar los ojos por el contacto.— pero sé que no fue tu culpa. — murmuró y él abrió los ojos para mirarla fijamente por unos segundos en silencio.

— No merezco tenerte aquí... así como tampoco tu. — susurró en respuesta a lo dicho por ella. Le causaba emociones encontradas al verla a los ojos.

— ¿Qué dices? — lo miró confundida pero con una sonrisa pequeña.

— El problema es que no me veo capaz de soltarte. — susurró de nuevo y ella le acarició la piel de la mejilla con su pulgar, para luego bajar un poco la mano y llevar así su pulgar a esos hermosos labios, haciendo que nuevamente cerrara los ojos.— siento que moriré lentamente si lo hago. — de pronto su tono se vio quebrado y ella colocó su otra mano en la mejilla libre.

dαmηα†iσɳ ᴶᴶᴷ|₊₁₈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora