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❝ La felicidad no se consigue con el vicio ni con la virtud, sino con la manera en que entendamos el uno y la otra, y con las decisiones que tomemos en pos de la conformación de nuestro propio ser.❞

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JungKook con paso tranquilo entró junto a Hoony en su auto a la gran mansión que poseía custodiada por varios hombres armados. Una vez el auto se detuvo en el jardín delantero, Hoony lo miró cuando JungKook estaba perdido en sus pensamientos mientras jugaba con la lengua en su mejilla.

— Creo que para ti es lo mejor por ahora JungKook. — el nombrado no dijo nada y Hoony suspiró.— Sabes que SeokJin tiene años en esto, sabe lo que hace y por ahora hasta que serenes tu mente no podrás llevar el control...

— Es mi imperio, el trabajo de mi padre... no es legal, lo sé... pero es el legado de mi fallecido padre. — lo vio con seriedad y Hoony asintió bajando la mirada.

— Lo sé... — murmuró asintiendo y JungKook tomó un cigarrillo de la caja para llevárselo a los labios y encenderlo.— mi tío invirtió años de su vida y mucho dinero para empezar con esto... años sin dormir por pensar en la repercusión de armar su propio cartel luego de dejar Linkers es... quizás debió pesarle demasiado hasta sus últimos días.

— Y es por eso que esta noticia me tiene pensando a mi... — añadió JungKook provocando que Hoony asintiera. Él dio una calada al cigarrillo y soltó el humo.

— Cuando SeokJin lo mencionó, de una vez se me vino algo a la cabeza. — JungKook volteó a verlo con curiosidad y lo notó mirando al frente, perdido en sus pensamientos.— ¿Qué te parece si sales del país por unos días? Quizás te sirva para despejar la mente y prepararte para volver más renovado. — miró a JungKook y este siguió calando de su vicio.

— ¿Estás loco? Sería darle bandera blanca a Lee. — Hoony chasqueó la lengua y se percató de cómo JungKook lo miró frustrado, así que volvió la mirada al frente. Para JungKook todo era una ofensa, en verdad.

— Yo digo... — comenzó dándole suspenso.— que tengo conocidos hackers y falsificadores que nos deben un favor. — le sonrió de lado y JungKook se vio contagiado.

Una vez terminaron de hablar y cerrar el acuerdo, ambos salieron del auto para adentrarse a la gran estructura.

— Señor Sung. — llamó JungKook al mayor, quien lo vio con una pequeña sonrisa.— ¿Dónde está Hyeri? — Hoony sonrió burlón y negó con su cabeza. JungKook lo miró.— ¿Por qué no te vas a conocer y follar a la nueva empleada? — le empujó del brazo y Hoony empezó a reír.

En cuanto el chico se fue de allí, JungKook observó al mayor.

— Está en la piscina, joven. — mencionó sonriendo aún más después.— creo que lo espera desde hace rato.

Luego de decir eso, el señor Sung se retiró y JungKook, con su típico caminar, se dio paso hacia el jardín trasero.

El sol brillaba sobre la piscina de aguas cristalinas, y allí estaba ella: Hyeri, recostada en un flotador, con gafas de sol oscuras y una bebida en la mano. Su cabello castaño se adhería a su piel un poco colorada por los rayos del sol, y su mirada desafiante se encontró con la suya en cuanto se percató de su llegada.

dαmηα†iσɳ ᴶᴶᴷ|₊₁₈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora