"ACTUAR"

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Nayeli

No podía creer que una persona me odiara por algo que no tuve nada que ver, ese es el problema de las personas que guardan rencor dejan de ser felices, porque solo concentran su energía en lastimar a los demás, no la odiaba, pero si me daba pena.

Dios era la media hermana, lo que siempre quise tener.

– Necesitamos salir lo entiendes – dice Sofía.

Asiento con la cabeza, bajo la puerta se ve la casi inexistente luz de la tarde, necesito estar tranquila, los nervios solo bloquean el cerebro y no volvería a ser la niña que se congela seria la mujer que actúa.

Miro a mi alrededor mientras escucho que Sofía solo habla y habla sin parar.

Lo único que encuentro que puede servir es un trozo de madera que está muy cerca de la pared tiene una punta no muy filosa, pero servirá.

Me levanto y lo guardo, me siento un poco débil mi única habilidad es mi agilidad y lo tonificado de mis piernas para correr gracias a los paseos interminables de bicicleta.

Si algo aprendí en estos 30 o más minutos es que Sofía habla cuando está nerviosa, bloqueo mi mente, intento concentrarme para buscar la forma como escapar.

Escucho ruidos, me levanto y pego mi oído por la pared tratando de escuchar los sonidos provenientes de afuera, hay mucha agitación, ruido de vehículos, escucho un sonido similar a un helicóptero, respiro una dos tres veces, Sofía sigue hablando ya me está hartando.

– Cállate, ahora deja de hablar por un maldito momento si no quieres que te rompa tu cara – le susurro.

Ella se queda tan asombrada por mi reacción, hasta yo me sorprendo.

– Ahora escúchame bien, tú me odias perfecto, sé quién eres y tú sabes quién soy, todo este tiempo me tomaste desprevenida porque no sabía de tu existencia, pero ahora lo sé y también lo tengo grabado – le digo sacando mi celular sin batería.

Claro que eso ella no lo sabe.

– Grabé todo y envié a Kate mientras tú contabas tu historia y te digo más, siento lo que paso contigo, pero si vuelves a tratar de atentar mi vida, esta vez no saldrás de estas, si no te mato primero, la policía sabrá donde ubicarte, no te pases conmigo Sofía porque si tú eres perra yo soy mil veces más, en estos meses aprendí mucho así que no te confíes, no me temblará la mano si tengo que elegir entre tu vida o la mía, lo entiendes – exclamo sacándome el cabello de la cara.

Ella asiente con la cabeza, nada tenía de parecido con la Sofía que había conocido unas horas antes, es fácil ser fuerte cuando estás en un círculo de seguridad.

Desde que recordé quien soy, la inseguridad se escapó por la ventana y por lo que puedo apreciar el miedo te hace tan estúpido, como Sofía no se detuvo a pensar que si tenía un celular hubiera llamado a pedir ayuda en vez de grabar una conversación.

Escucho que tocan las cerraduras le pido que se calle y vuelvo a mi postura original, la veo ponerse nerviosa, mientras yo trato de parecer dormida, escuchó paso y por el rabillo de mis ojos veo entrar a dos hombres.

- Te dije que estarían aquí aprovechemos que todos están concentrados en la entrega, nadie lo sabrá total qué importa cómo quedan si le volaremos los sesos- dice el hombre.

Escucho como se acercan, mi intuición no me mentía cuando me decía que nunca nos dejarían libres, pero yo reviví de un coma, estoy preparada para la guerra.

Escucho a Sofía lloriquear y pelear con el hombre, bloqueo mi mente para no sentir como el maldito animal besa y muerde con fuerza mis pezones.

Trato de tener mi cuerpo lo más blando posible, que no note que yo estoy por sacarle su último aliento.

Conociendo A Jonathan   (+18) Ya esta en AmazonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora