—¿Animals de Maroon 5 o Slow down de Selena Gómez?
—Voy con Slow down, me la aprendí mejor —Jeongin emitió su voto, levantando la mano.
—Yo igual, aún falta practicar los pasos de la otra —anexó Minho, mirando rumbo al gentío que ya se empezaba a aglomerar delante de la barra—. La que sea, pero ya.
—Selena Gómez en proceso —Felix dijo, antes de ir a programar la canción para que sonara contigua a la que se reproducía en esos momentos.
Gracias a los cuidados de Minho, el pecoso se recuperó favorablemente en tres días, con ello se pudo presentar al trabajo y retomó sus actividades cotidianas; de hecho, la semana corrió normal y nuevamente era un viernes repleto de clientes, con vasos llenos volando por los aires y canciones de distintos géneros retumbando en las paredes.
—¿Listos? —Jeongin exclamó sonriente.
—Más que nunca —respondió el ojimiel, refregándose las manos entre sí.
—Sólo no se vayan a besar... —murmuró Felix en tono supuestamente preocupado.
—¡Nunca! —chilló Minho, volcando los ojos—. Me terminarían cortando la yugular.
—¿Quién? —los ojos del menor le vieron inquieto.
—¡No necesito decírtelo! —Discretamente, con su cabeza hizo un ademán y señaló a cierto castaño que estaba entretenido viendo las botellas disponibles.
El labio del rizado fue apretado por su propia dentadura, rascando su ceja para esquivar las sonrisas cómplices de la pareja de chicos. Se maldijo unas dos o tres veces al darse cuenta que estaba sonrojándose como un vil mancebo indefenso, iba a tener una plática seria consigo mismo, no era posible que solo con mencionar algo relacionado a él, se colocara nervioso y tonto.
Eso se salía del trato secreto firmado hace una semana, en casa de Hyunjin.
—Muy gracioso —comentó con sorna.
—¡Oigan! —La voz autoritaria de Hyunjin les convocó, aplaudiendo para hacer énfasis en su llamado—. ¡Ya es hora!
La tercia asintió, dispuestos a darlo todo.
Se fueron subiendo uno a uno sobre el mostrador y los gritos no se hicieron esperar, el orden en el que se acomodaron fue el siguiente: Felix, Minho, Jeongin y Hyunjin. De pie, comenzaron a calentar los músculos al hacer estiramientos graciosos y llamativos para los asistentes.
Hwang tenía bajo su poder una botella de whiskey, creando la bulla colectiva al destaparla ante la sed de la multitud; era lo que más disfrutaba de su trabajo sin duda alguna. Chan se encontraba establecido en una esquina de la barra, con las piernas cruzadas y observando a los Bengalas prepararse para el mítico espectáculo.
—¡A darle! —gritó el castaño, cuando empezó a sonar la introducción de la melodía elegida.
Y con el inicio de la música, también empezaron los movimientos acoplados de Jeongin y Minho. La coreografía era sencilla, básicamente se trataba de recorrer con sus manos desde los muslos hasta el pecho, levantar un poco sus camisetas y mostrar el abdomen plano que tenían la dicha de poseer.
Meneaban la cintura, se dejaban caer de rodillas, echando el torso hacia adelante e incitando los galanteos y cumplidos de los individuos que escurrían saliva por los chicos. El menor estaba muy metido en lo suyo, danzando alegre y dedicando sonrisas conquistadoras a cualquiera, las acciones eran muy marcadas y las complementaba con gestos coquetos o sacando la lengua de vez en cuando.
'Cause I just wanna party all night in the neon lights,'Til you can't let me go...
La canción los hacía sentir sensuales de alguna forma, el ritmo era el apropiado para sacar sus mejores pasos de baile, los más ardientes que tenían. Cuando les tocó bailar a la par, Mingo y Jeongin se sostenían mutuamente, acariciándose divertidos por encima de las playeras y entonando a la perfección la letra.
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Club Bengala
FanfictionJeongin disfrutaba su empleo, de verdad lo hacía, intentaba dar lo mejor de si para mejorar día con día, sus compañeros lo trataban bien y lo instruían en lo que necesitaba. Menos Hyunjin. Ese maldito chico de mirada profunda y labios gruesos era e...