Capítulo 8 - Matheo

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No solo me ha extrañado que se preocupe por cómo me encuentro, sino que me ha pedido una cerveza. Sabiendo lo mal que ha terminado ayer, me da miedo que comience a beber y no pare.

Pero esta vez no será mi culpa.

Tiene razón, no ha sido la única que me ha preguntado por mi estado de ánimo, y la verdad que no sé a quién culpar por ello. Quizás ha sido por no ver a Rachel en las gradas, o por el contrario encontrarme con sus padres. No lo sé, lo único que pudo calmarme ha sido verlas allí, sentadas. Aparentando que les gustaba lo que veían, cuando era evidente que no.

-Juguemos a algo -sus pies dejan de rozar el suelo cuando cruza las piernas sobre el sillón-

Antes de que pueda responder aparecen Thomas y Melody -Vamos a salir a por tabaco, se le ha terminado a Thomas- sonrío antes de poder decir nada, sé cuánto le va a joder a Maddie.

-Fumar mata ¿sabéis?

-Podría decirte lo mismo -asegura mi colega—

Desaparecen por la puerta y Maddie sigue mirándome, puedo suponer que es lo que me va a decir.

-Vuelvo a repetirlo, ¿jugamos a algo?

Vaya, no era lo que me esperaba.

- ¿No vas a decir nada? He dicho tu famosa frase.

-Sería una pérdida de tiempo discutir contigo.

-Esta bien, jugaré. Pero ¿a qué?

-Verdad o atrevimiento.

No me jodas.

No es que no sea capaz de jugar a esto con Maddie. Pero me da terror que conozca cosas de mí que no sabía. Y con ella es eso o terminar tumbado en cualquier esquina de la casa con un coma etílico.

-Es un juego de críos -gruño-

-Exacto, te has descrito a la perfección.

Puedo ver a través de sus ojos la maldad que tiene ahora mismo en su diminuto cuerpo, quiere joderme vivo. Pero no seré yo quien me quede corto.

Quiere decir algo, pero me adelanto.

- ¿Verdad o atrevimiento gruñona?

Deja el botellín sobre un posa vasos y respira hondo, tal vez este juego provoque la tercera guerra mundial. Sin duda yo seré quien salga más herido.

-Verdad.

- ¿Con cuántos tíos te has acostado?

He comenzado demasiado fuerte, quizás se asuste y decida retirarse a tiempo.

-Con tres.

De nuevo me equivocaba.

-Verdad o atrevimiento Andrew.

-Verdad.

- ¿Alguna vez has sido infiel?

¿Qué cojones?

-Sí

Abre los ojos lo suficiente como para asustarme.

-Le has puesto los...

-No joder -le corto antes de que pueda decir nada- Ella me gusta de verdad, nunca se me ha pasado por la cabeza ponerle los cuernos. Me gustaría que todo avanzara y poder tener un... -no digo nada ya que ni si quiera se si realmente lo pienso-

-Con un no me servía.

-Disculpa -estoy seguro que nadie va a querer decir atrevimiento por lo que prefiero cambiar el juego- ¿No prefieres hacerlo de otra manera? -encoje los hombros- Al yo nunca, si alguno de los dos lo ha hecho bebe, sino no. Simple.

-Está bien.

Suenan las llaves en la cerradura. Nuestros amigos han llegado, celebro al ver que entran con más botellines de cerveza.

- ¿Podemos unirnos?

Los dos asentimos a la vez. Esta noche será entretenida.

-Yo nunca me he sentido atraído por una jugadora de vóleibol.

Thomas y yo bebemos un gran trago. Ninguna se inmuta, es evidente de quien estamos hablando. O quizás no sea tan obvio, no lo sé con claridad ¿Es la única persona de ese equipo que me atrae? Miro hacia Maddie, está haciendo círculos en la boca de la botella mientras espera a que alguien suelte otra pregunta.

-Yo nunca me he sentido atraída por un jugador de rugby -miro hacia ella-

Ambas toman un trago. Thomas y yo nos miramos, o Maddie no ha entendido bien la pregunta o nos está vacilando.

-Si esperáis que os de una respuesta vais jodidos -da otro trago- Me toca, yo nunca me he arrepentido de acostarme con alguien a la mañana siguiente.

Los cuatro bebemos, pero al parecer ella sigue dando el trago una vez nosotros posamos el botellín. Lo posa en la mesa y pide otro. No estoy entendiendo nada.

-Yo nunca me he sentido atraído por alguien de esta mesa -veo como Maddie estira el brazo para coger la botella, al igual que yo -es mentira chicos, es evidente que solo nosotros.

Rápido apartamos la mano y la escondemos en un lugar que no provoque un mal entendido. La miro pero ella sigue con la mirada clavada al frente.

No soy consciente de lo que acaba de pasar hasta que se levanta para ir al baño y me fijo en cómo le queda el pijama. Joder Matheo, tienes novia. Respétala.

Ellos siguen como si nada hubiera pasado, mientras tanto yo me levanto para ir a por algo de comer. Cuando me choco con Madison.

-Joder, me has pisado -me grita, no lo suficiente alto como para que se enteren los demás.

-Lo siento.

No consigo quitarme de la cabeza como ha bebido cuando hemos preguntado si nos arrepentíamos de habernos acostado con alguien. Se va a cabrear pero merecerá la pena.

Le cojo del brazo y la llevo hasta el baño, le tapo la boca antes de que pueda insultarme. Me gustaría que no se enteraran de esto.

-Pero qué coño haces.

- ¿De quién te arrepientes de haberte follado?

-No los conoces.

Estoy seguro de que hay alguien a quien sí conozco, pero no voy a indagar en ello.

- ¿Por qué hablas en plural?

-Porque me arrepiento de todos -antes de que pueda preguntar por qué, ella me mueve frente al espejo- Por tíos como tú, igual de puteros y capullos.

-Pero si no le he puesto los cuernos.

-A Rachel no, pero a las otras sí. Ya te he respondido ahora déjame salir, quiero irme a la cama.

No quiero molestarla más por lo que me aparto de su camino, sale y cierra con un portazo. Me hubiera gustado que me diera más detalles, pero entiendo que no soy de agrado para ella.

vértigo y susurrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora