Me he contenido las ganas de llorar en el momento que vi los ojos vidriosos de Andrew, jamás lo había visto de esta manera, pero agradezco que le cueste tan poco abrirse conmigo. Tras hablar de algunos asuntos que teníamos pendientes nos tumbamos a mirar las estrellas en silencio, al menos media hora sin que ninguno hablara.
-Andrew, me agobia tanto silencio -rompo la tranquilidad-
- ¿Has estado incómoda treinta minutos con tal de no decírmelo? -asiento- Estas loca Maddie.
Coge el altavoz y veo como abre una nueva playlist, una que no reconozco.
- ¿Es nueva? -pregunto-
-He estado añadiendo canciones desde hace mucho tiempo, pero nunca se la he enseñado a nadie -cojo su teléfono y miro la fecha en la que creó esta nueva lista-
-Llevabas cuatro meses con ella -lo miro-
-Sí, pero no iban por ella -pone una aleatoria-
-Matheo, explícate mejor.
Soy una persona a la que le cuesta mucho entender las cosas, más aún cuando son indirectas. Pero esta vez sí lo he entendido, solo quiero que me lo diga.
Se quita la sudadera que tenía y guarda el altavoz en el bolsillo del pantalón, que por suerte tiene cremallera. Se acerca a mí y retira con delicadeza el mechón de pelo, lo coloca detrás de mi oreja dejando espacio para poder decirme algo.
-Cada noche antes de irme a dormir añadía una nueva canción -lo susurra tan cerca de mí que se me eriza la piel- Me obligaba a pensar que las añadía por ella, pero al escuchar la canción solo pensaba en ti. Comencé a añadir canciones más a menudo para conseguir dar con una que la representara a ella, pero ninguna se igualaba a las que me venían al pensar en tu nombre.
-Tendré que escucharlas a la perfección entonces -le digo tras conseguir respirar con normalidad-
Cada letra, cada sonido y todas las melodías se introducen en mi interior, como si estuvieran hechas para mí. Al imaginarme al Andrew de hace tantos meses añadir canciones con mi imagen en su cabeza me hace perder el equilibrio, quizás no quería que le recordaran a mí, pero todo ha tenido un porqué.
-Vamos -dice mientras coge mi mano y corre hacia el agua-
-Va a estar helada -me arrepiento de seguir sus locuras- Andrew me da miedo no ver el fondo del mar, odio las profundidades.
-No te soltaré -sujeta con más fuerza mi mano-
Al entrar doy un salto, el agua esta helada. Me obligo a seguir caminando hasta que las olas rozan más arriba de mi cintura.
-Mójate entera -dice mientras salta entre el oleaje-
-Me ha costado mucho peinarme -niego con la cabeza cuando comienza a acercarse a mí- Matheo tengo un lazo en la cabeza, Melody me lo regalo.
-Joder, entonces seguro que es de Chanel o Prada -me rodea hasta llegar al lazo, lo quita con delicadeza y lo guarda en su otro bolso-
-Se mojará -gruño-
-Mi madre les ha cosido una tela un tanto peculiar que hace que el agua no entre, no seas tan gruñona -cierra la cremallera-
-Mi pelo... -le miro poniendo morritos-
-Ahora o después terminarás despeinada, tú decides de qué manera hacerlo -desliza una mano con la otra-
-Eres idiota -le digo antes de sumergirme-
Al salir no lo veo por ningún lado, comienza a dolerme el pecho al pensar que le ha podido ocurrir algo. No sé, un puto bicho le ha mordido o ha pisado en un lugar que ha hecho que se hunda, joder.
- ¿Andrew? -grito-
De pronto escucho una canción que reconocería con los oídos tapados. Aparece por detrás intentando darme un susto, pero yo me cruzo de brazos y decido no dirigirle la palabra.
-Oye peque -me da pequeños golpes en el hombro con su dedo-
- ¡Me has asustado! -sollozo- Pensé que te perdía Matheo, no podía volver a pasar por algo así.
Intenta moverse lo más rápido que puede y me abraza, aparta mi pelo mojado para poder enterrar su cara en mi cuello -Perdóname, de verdad no quería hacerte esto. Soy un imbécil- Consigo desprenderme del miedo y rodeo su cintura con mis brazos, no podría imaginar que ya no estaría conmigo.
-Está bien... Pero no te alejes más -le doy un pequeño empujón-
-Ven -coge mi mano y nos movemos por el agua sin saber lo que nos encontraremos- He visto unas piedras muy bonitas, están en una buena altura y el agua no nos llegará más allá de la cintura.
-Todas nuestras cosas están allí -sujeto su brazo con fuerza- Alguien podrá venir y llevárselas.
-Olvídate de ello Maddie -me da la mano para que pueda subir a las rocas- Disfruta de estos momentos.
Tengo el vestido completamente empapado, lo que es algo incómodo y por supuesto podría crearme infección al estar cogiendo frío. Pero haré caso a lo que me ha dicho Matheo, dejaré de pensar en todo lo malo que pueda ocurrir y me centraré en el sonido del mar y en la música que sigue saliendo del altavoz.
-Puedes tumbarte, la piedra está limpia -lo miro- Por tu vestido... Es blanco.
-Tienes razón -me arrodillo de espaldas a él- ¿Puedes ayudarme a quitarlo?
Se queda unos segundos paralizado hasta que se da cuenta de que no estoy bromeando y reacciona, no he traído bañador ya que no sabía que vendríamos a la playa, pero me he puesto una ropa interior que podría aparentarlo.
Baja suavemente la cremallera hasta que llega al borde de mi ropa interior, me incorporo para poder quitármelo por completo. Dejo a la vista el colgante que me ha regalado su familia, no me lo he quitado desde aquel día. Se ha convertido en mi amuleto.
-Si es porque está mojado puedo ir a por alguna camiseta que he dejado en el coche -se mueve intranquilo por la roca- No había pensado en ello.
Me acerco a él, esta vez para quedarme a su lado. Rozo su mandíbula haciendo que me mire -Disfruta Andrew- Suelto por mi boca, quizás me hayan venido bien sus lecciones.
-Tu ganas -alza sus brazos y se tumba mirando hacia las estrellas-
-Me recuerda a aquella noche en mi casa -añado-
-Solo que allí estabas más vestida -ríe-
-Imbécil.
Coge mi mano y hace fuerza para que me coloque sobre él, mira mis labios y después su mirada va hacia el colgante. Lo roza con sus dedos mientras mira cada parte de mi cuerpo como si fuera la primera vez. Eso es lo que me gusta de él, da igual cuantas veces me vea sin ropa... Siempre le gustaré como el primer día.
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vértigo y susurros
Teen FictionMaddie es una joven de veinte años que estudia medicina y en su tiempo libre es la capitana del equipo de vóleibol, siempre ha odiado a los jugadores de Rugby pero en especial a Matheo, el capitán del equipo y novio de Rachel, la persona más insopor...