Esta tarde volveremos a casa, Thomas quiso quedarse dos días más ya que jugaban unos antiguos compañeros y no pude negárselo, se veía realmente emocionado. Hemos ido para ver si me daban soluciones a lo de irme del equipo sin tener que ser informado mi padre, pero como había pensado tendremos que fingir que han sido ellos los que han decidido expulsarme.
Les he dicho que digan todo lo malo que quieran de mí, realmente no me importaría, pero se han negado ya que aseguran que nadie podría creérselo. Por lo que ahora necesitarán algo más de tiempo para pensar una excusa algo más creíble.
Tras varias discusiones y juegos para debatir en quien conducirá hasta casa, al fin he salido ganador. Thomas conducirá todo el trayecto por lo que me pondré los auriculares y llamaré a Maddie, no hemos podido hablar mucho durante estos días ya que ha pasado mucho tiempo con mi hermana.
- ¿Maddie? -pregunto, ya que la pantalla sale en negro-
-Me estaba dando un baño, ¿ha pasado algo? -aparece su cara cubriendo toda mi pantalla-
-Oh, vaya -sonrío mientras le oculto el teléfono a mi amigo- Pensé que preferirías enseñarme lo tatuajes por llamada en vez de por foto.
En el momento que se hizo el tatuaje me llamó muy emocionada, estaba completamente segura de que no se arrepentiría jamás de la decisión que había tomado. Quise que me lo enseñara, pero me aseguró que había uno que no podía enseñarme ya que iba en vestido.
-Dame un momento -coloca el teléfono de una manera en la que solo veo el techo y el vaho del espejo- Vale, ya estoy.
Hace varias maniobras para colocar el móvil en un lugar lo suficientemente bajo, entiendo que el primer tatuaje estará por la zona de las piernas.
-Wow, esa palabra ha llegado muy lejos -sonrío al ver su emoción-
-Si en unas semanas aún no has adivinado parte de su significado tendré que decírtelo yo misma -la miro con una expresión que no consigue descifrar- No solo es el nombre de mi perro Andrew.
-Es un tatuaje muy bonito Maddie, estoy seguro de que tiene un gran significado -tumbo el respaldo del asiento un poco hacia atrás para poder estar más cómodo mientras hablamos-
De nuevo el teléfono está a una altura normal, levanta su camiseta dejando a la vista un tatuaje justo debajo del pecho.
-Joder -digo sin pensar-
-Matheo, el tatuaje.
Puedo reconocer esa canción, me ha hecho ver el musical con ella un par de veces. Nunca antes lo había visto y tengo que admitir que se ha convertido en una de mis películas favoritas, no solo porque consiguiera hacerme llorar, sino porque tiene a unos actores increíblemente buenos.
-Me alegro de entender el significado de este -muevo mi pelo hacia los lados ya que estoy algo despeinado- Es precioso, y te queda muy bien -le guiño un ojo-
-Gracias -se sonroja- Quizás no te guste lo que te vaya a decir, pero tu hermana se ha tatuado.
-Maddie te voy a matar -muerdo mi labio-
-Tu madre le ha dado permiso, además se ha hecho uno muy bonito. Cuando vengas podrás verlo y cambiar de opinión -finge que se enfada conmigo-
-Eres una gruñona Madison -le digo-
-No vuelvas a llamarme así -esta vez se enfada de verdad-
-Pero si ya te habías encariñado con el apodo.
-No hablo de eso, sino de mi nombre -termina de vestirse y de nuevo aparece en la pantalla-
-Como han cambiado las cosas -río- Antes odiabas que te llamara Maddie, y mírate ahora.
-Cállate o te colgaré -se queja-
El resto del viaje lo pasemos en llamada con las chicas, al terminar de arreglarse llegó Melody. Ahora ambas están sentadas en la cama hablando sobre cosas que ninguno de los dos tenemos idea, pero nos gusta prestarles atención, a pesar de que si Thomas desvía la mirada hacia el móvil quizás no continuaríamos con vida.
Recuerdo haber escuchado decir a mi hermana hace algunos años que le gustaría hacerse un tatuaje, pero yo se lo impedí por completo. No es que no me gusten, pero joder, las agujas son jodidamente dolorosas, y no solo eso, sino que no quería que se arrepintiera de ello. Ahora que tiene dieciocho puede tomar sus propias decisiones, y estoy seguro de que Maddie le ha ayudado a escoger uno que merezca la pena.
-Tenemos que irnos -nos lanzan un beso- Adiós.
Le he preguntado varias veces que planes tenía para esta noche, pero en todas me ha desviado el tema y ha terminado hablando de otras cosas sin sentido. He estado pensado mucho en ella y me apetece pasar la noche juntos, pero al parecer ella tiene planes más entretenidos con Melody.
-Me quiere robar a mi novia -le digo a Thomas-
-En verdad has sido tú el que le ha robado la mejor amiga -ríe-
-Tienes razón -me pongo de nuevo los auriculares y cierro los ojos para intentar dormir un poco, hasta que estemos un poco más cerca-
Estoy a punto de quedarme dormido cuando recibo una notificación, Rachel me ha enviado una foto. No sé cuanta señales necesita para comprender que la quiero mantener alejada de mí, pero sobre todo de Maddie. Le he dejado claro que no tengo nada que hablar con ella, pero parece no entenderlo.
-No me gusta tu cara tío -me mira Thomas-
-Es Rachel, me ha mandado una foto -suspiro- Me da miedo lo que me pueda encontrar.
-Ábrela, cuanto antes mejor.
Le hago caso y abro la foto. Es ella sentada en los sillones de su patio trasero, con una margarita en la mano.
-Mírala tú mismo -añado-
-Está loca.
Debajo pone un mensaje en el que pone, que tal todo cariño. Solo espero que se haya equivocado y que quisiera mandar el mensaje a otro Matheo, sino lo único que puedo pensar es que realmente tiene un problema mental.
No tengo intenciones de responderle al mensaje por lo que simplemente borro el chat y apago el teléfono, necesito tenerla alejada de mi vida. Antes de que busque cualquier cosa para joderla y ponerla patas arriba.
Al llegar a casa me sorprendo al ver que está llena de luces, algo que no suele ocurrir ya que Marie cena en su habitación... Y mi madre solo pone una pequeña lámpara para poder ver dónde está el plato.
Meto la llave en la cerradura y al entrar en casa me encuentro a Maddie apoyada en el mármol de mi cocina junto a mi madre, están haciendo un bizcocho de chocolate. Mi favorito.
-Has estado mintiéndome todo este tiempo -la juzgo con la mirada-
-Tu madre necesitaba ayuda y me he ofrecido -apoya su cabeza en el hombro de mi madre- No venía a verte a ti.
Mi madre suelta una pequeña carcajada y Maddie se una a ella. Me hace muy feliz entrar en casa y encontrarme esta escena, las veo sonreír y sin preocupaciones, algo que llevaba esperando desde hace mucho tiempo.
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vértigo y susurros
Novela JuvenilMaddie es una joven de veinte años que estudia medicina y en su tiempo libre es la capitana del equipo de vóleibol, siempre ha odiado a los jugadores de Rugby pero en especial a Matheo, el capitán del equipo y novio de Rachel, la persona más insopor...