Capítulo 32 - Matheo

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Anoche me sentí lleno. No sabía muy bien cómo controlar mis emociones ante la madre de Maddie, no quería causar malas impresiones.

En el momento que comenzó a llorar quise unirme a ella, pude sentir lo que su corazón sentía. Pero me controlé y solo me dediqué a observarla y a calmar sus llantos, volvería a cumplir su sueño una y mil veces más con tal de verla tan feliz como ayer.

Esta mañana nos han traído el desayuno ya que hacía bastante frío como para poder salir al restaurante, y lo agradecemos ya que no teníamos intenciones de salir de la cama.

Hemos recibido un mensaje de nuestros amigos avisándonos de que esta noche tendremos que irnos de vuelta a Londres ya que sus padres tienen que hacer un tipo de reunión a lo largo de esta semana en la casa que nos estamos quedando. Por lo tanto nos iremos lo antes posible del hotel para disfrutar lo que nos queda de día junto a Thomas y Melody.

-No quiero irme -se entrelaza Maddie con las sábanas-

-Lo sé, yo tampoco -la imito-

Han sido unos días muy intensos para ambos, y tengo que admitir que me da miedo si al llegar las cosas comienzan a cambiar entre nosotros. Espero que no, porque no he dejado de hablar de ella con mi familia.

Tras varios minutos dándonos besos y abrazos decidimos levantarnos y preparar el equipaje para irnos de vuelta a casa. Al tener el avión privado podremos aprovechar la última tarde en Laponia, solo quiero disfrutar como un niño pequeño en la nieve con mis amigos.

-Jamás olvidaré este viaje -se monta en el coche con lágrimas en los ojos-

-Lo haremos más veces -rozo su mano - Si tú quieres.

-Gracias Matheo, por todo.

-No tienes que agradecerme nada Maddie, he sido igual de feliz que tú -dejo un cálido beso en sus labios-

Al llegar a casa nos encontramos a Melody rodeada de pañuelos y los ojos llenos del rímel, el cual se le ha corrido al llorar. Sin duda ella también está afectada por tener que volver a la antigua rutina.

Maddie se lanza sobre ella y se dan un fuerte abrazo, juntas han vivido muchos momentos, pero considero que este se quedará marcado para siempre en ellas.

-Quiero hacerme un tatuaje de este viaje, tenemos que hacérnoslo los cuatro juntos -añade mientras continúa gastando papel-

No me refería a que se quedara marcado con tinta, pero no me parece mala idea. Los cuatro estamos de acuerdo y al volver será uno de los planes principales.

No tardamos mucho en hacer las maletas y dejarlas preparadas, salimos de casa para hacer la mayor guerra de nieve que hemos hecho hasta ahora. No solo eso sino que Thomas y yo vamos armados con dos trineos enormes, para lanzarnos de todas las cuestas que nos rodean.

-Yo quiero tirarme de la más alta -grita Maddie-

-Yo también -añade su amiga-

Tras un largo debate hemos decidido que haremos una carrera, ellas dos contra nosotros. Quien primero llegue a la marca que hemos hecho con un palo ganará y escogerá que tatuaje nos haremos, una gran decisión.

- ¡Perdedores! -gritan al pasar por nuestros lado, provocando que caigamos contra la nieve-

-Sois unas cabronas -gruñe Thomas mientras intenta ocultar la mancha de agua que se le ha creado en la parte trasera del pantalón-

Han ganado, y no solo porque nos hayan tirado del trineo... Sino que han bajado antes de que contáramos tres. Pero han ganado, y ninguno de los dos nos atrevemos a decirles lo contrario.

-Maddie escógelo tú -aplaude Melody-

Se sienta sobre una roca y comienza a pensar en el dibujo que nos haremos. Espero que su cabeza no esté lo suficientemente colapsada de felicidad como para decir una barbaridad.

-Quiero un copo de nieve, en la muñeca -muestra una inmensa sonrisa-

-Me parece una idea cojonuda -avanza Thomas hacia ella para buscar que su mano choque contra la de ella-

-Tiene razón, es increíble -asiento desde mi sitio-

-Por supuesto que lo es. ¿Con quién te crees que estás hablando? -cruza los brazos y me guiña un ojo-

Echaba de menos a mi gruñona.

No es que no me guste la forma de ser de Maddie cuando estamos a solas. Pero ella comenzó a atraerme cuando me vacilaba, y no quiero que eso termine aunque lo nuestro vaya a más.

Melody recibe una llamada de que el avión nos está esperando, cogemos las maletas y nos embarcamos de vuelta a nuestro hogar. Sabemos que podemos venir cuando queramos, joder nuestra amiga tiene una casa aquí, pero por muchas veces que vengamos ninguna igualará a la primera.

- ¿Por qué hay un tío apuntándome con una aguja? -nos mira Maddie-

-En el momento que pensé en la idea de hacernos un tatuaje lo llamé, y ahora está aquí -Melody muestra una risa nerviosa-

- ¿Estas insinuando que me tatuaré mientras volamos? -pregunta Maddie-

-Sí.

-Genial, una nueva cosa que tacharé de mi lista -celebra mientras extiende su mano sobre una mesa-

Me ha llamado la atención que haya nombrado una lista, es curioso que en ella haya apuntado semejante locura.

Los tres han terminado de hacérselo, por lo que es mi turno. Tengo varios tatuajes, no muy grandes pero pueden verse de lejos. Pero nunca he superado mi miedo a las agujas, cada vez que entraba a hacerme uno nuevo me daba un bajón de tensión y me desmayaba. Comenzaban a hacerlo mientras estaba en el suelo, y al despertarme no tenía otra opción que terminarlo.

-Joder, no me atrevo -me levanto y me encierro en el baño-

-Oye, no será nada -Maddie roza la puerta con las uñas-

Abro la puerta y la meto dentro.

-Necesito tranquilizarme -suspiro-

Realmente no va con ninguna intención. No es que necesite que me haga algo para calmar los nervios, solo necesitaba que estuviera conmigo.

-Está bien -sonríe-

Se acerca y comienza a bajarme los pantalones. Su roce alrededor de la goma del calzoncillo ya me ha hecho perder la cordura.

-Maddie, no te metí en el baño con esta intención -me sujeto a lo primero que encuentro-

-Lo sé -me deja desnudo y se coloca a la altura de mi polla-

Joder mira que me la han cogido veces, pero con sus manos todo se ve distinto, es una puta locura.

-Joder Maddie, eres de otro puto mundo -gruño-

Me mira segundos antes de introducírsela en la boca, esos movimientos más dos que añade con la mano son los suficientes para hacerme ver las estrellas.

Se levanta orgullosa mientras limpia la comisura de sus labios. De donde la han sacado.

- ¿Mejor? -pregunta-

-Joder... -es lo único que puedo decir-

Ambos salimos del baño como si nada acabara de ocurrir, he intentado ser precavido por lo que su pelo sigue intacto y he controlado mi tono de voz.

- ¿Estas preparado? -pregunta el señor-

-Lo está -ríe Thomas-

No puedo explicar porque siempre se entera de todo. Meterme en un baño con mi chica y salir unos minutos después con una puta sonrisa en la cara sé que no da muchas más explicaciones. Pero aun así siempre sabe lo que ha ocurrido y da miedo.

vértigo y susurrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora