Me despierto sudada en mitad de la noche debido a una pesadilla. Comienzo a llorar sin poder calmar mi llanto.He soñado como todos mi amigos se perdían y me quedaba sola en mitad de un lago congelado. Caía y nadie podía encontrarme.
- ¿Estas bien? -aparece Matheo semidesnudo-
Niego con la cabeza, al encender la luz y ver que estoy llorando se introduce dentro de la cama y hace que me acurruque sobre su pecho. Comienza a acariciarme el pelo mientras que siento su respiración en mi cuello.
-Estaba sola... Me estaba ahogando -sollozo-
-Ha sido una mal sueño, estoy contigo.
Tras un rato mi pulso vuelve a la normalidad, me incorporo y avanzo hacia la ventana. Ha comenzado a nevar.
Andrew aparece detrás y me abraza, vemos como los copos caen y chocan contra el cristal. Hace años que en Londres no nieva.
-Te has desvelado ¿verdad? -susurra-
-Sí.
-Antes he visto un jacuzzi bastante grande. ¿Vamos? -me tienta con la mirada-
-Me cambiaré, espérame en la puerta.
Me pongo un bikini que tiene pequeños detalles, flores azules. Un color que combina a la perfección con el blanco.
Al salir me mira, aleja su mirada hacia el pasillo y de nuevo vuelve a mirarme -Madre mía- se rasca la cabeza.
- ¿Perdona? -río-
-Joder estas muy buena Maddie. No creerás que mantendré la mirada al frente teniéndote a mi lado -suelta, sin ningún miedo-
-El último que llegue pierde.
Echo a correr hasta que me doy cuenta de que no sé donde está. Miro alrededor y no veo nada, solo oscuridad.
-Buh -grito y me pego contra la pared-
-Joder Andrew me terminarás matando de un infarto.
Me coge en brazos y me lleva a lo que intuyo que será el jacuzzi. Prende las luces y me sorprendo de lo bonito que es. Se parece a una cascada, o al interior de una cueva. Dependiendo de la perspectiva con la que lo mires.
-Suéltame, puedo entrar sola -le insulto con la mirada-
-No sería tan divertido.
Salta y me tira con él al agua. Estamos a pocos centímetros, coloca una mano en mi cintura y me acerca un poco más a él.
No sé qué intenta hacer, pero mi cerebro está teniendo un cortocircuito. En mi cabeza hemos follado al menos cinco veces, debería calmarme.
Me mueve hacia un borde y se coloca enfrente de mí, no hay ninguna distancia entre nosotros. Puedo notar cada parte de su cuerpo clavado en mí.
-Deja de mirarme los labios Andrew.
- ¿Prefieres que mire hacia otro lado? Solo tengo que bajar la mirada hacia abajo -le cubro la cara con una mano, mientras que con la otra me tapo el escote-
-No gracias.
-Eres una aburrida -dice sin dejar que me mueva-
-Lo siento por no ser como Rachel. Quizás a ella le gustaría follar en un jacuzzi pero a mí no -me muerdo el labio al terminar la frase, no sé porque lo he dicho-
- ¿Insinúas que quiero follar contigo? -se acerca un poco más, aun no sé de dónde saca la distancia-
-Insinúo que eres un payaso.
Pero quiero besarle. Besarle y pegarle. Sí.
-Entiendo que eso significa que no quieres besarme -pega su frente contra la mía-
¿Por qué haces esto Matheo? Terminarás conmigo sin ni siquiera tocarme.
-No hasta que hayas olvidado a Rachel por completo.
Cierra los ojos y deja caer su cabeza en mi hombro. Deja un beso en mi cuello y luego sube hacia mi oído -Harás que me olvide de ella muy rápido gruñona. Mantén alejado ese biquini de mi vista o te lo arrancaré- Tumbo la cabeza hacia atrás admitiendo la derrota.
Se separa poco a poco de mí y notamos una pequeña nube de humo. Al parecer juntos ardemos.
Lo empujo antes de que pueda subir el primero por la escalera, sin darme cuenta de que le he puesto mi culo en la cara. No literalmente pero si lo suficientemente cerca.
-Joder Maddie. Eres una cabrona.
-Yo también se jugar Matheo -miro hacia él antes de salir de la sala- Buenas noches imbécil.
-Espera. ¿Tan cachonda estas que necesitas irte tan pronto? -Camino hacia él, sonríe sin esperar lo que voy a hacer. Pongo mi mano en su pecho y lo tiro de nuevo al agua-
-Te espero en el salón. Ah, y ponte algo más discreto, al parecer el que se ha puesto cachondo eres tú.
Mira hacia abajo y se lleva la mano a la boca. Sonrío mientras salgo por la puerta pero él no lo ha visto.
Entro a mi habitación para poder cambiarme, cuando sales del jacuzzi el frío es más notable. Y eso que tenemos todas las calefacciones prendidas.
Rozo con mi mano cada parte del cuerpo que Matheo ha tocado. Se me han olvidado todas mis inseguridades por un momento, hacía años que no ocurría algo así.
Bajo por la escalera y lo veo en la isla de la cocina, está preparando una especie de batidos. Por el color puedo apreciar que son de cereza. Mi fruta favorita.
-Aquí tienes. Espero que te guste.
-Gracias.
Nos apoyamos en el mármol y miramos hacia la pared, no hay nada interesante que apreciar pero aun así seguimos sin movernos.
- ¿Qué hacéis despiertos? Son las cuatro de la mañana -Aparece Melody con un moño totalmente despeinado, y una cara que no transmite felicidad, todo lo contrario-
-Podríamos hacerte la misma pregunta -respondo mientras que Matheo se esconde detrás de mí ocultando su sonrisa- Andrew, me sacas dos cabezas ¿Crees que te taparé algo?
Ambos ríen a la vez. Melody se acerca y me roba de la mano el batido -Joder está buenísimo, ¿quién lo ha hecho? - señalo a Matheo y se queda sorprendida. No ha sido la única, yo me he quedado igual al probarlo-
-Ahora bien, no soy gilipollas. Sé que venís del jacuzzi -nos señala el pelo, lo tenemos aún mojado-
Mierda, jamás podríamos participar en un crimen. Lo habríamos jodido desde el primer momento.
-Muy espacioso. Buena compra -añade Matheo-
- ¿Habéis follado en mí jacuzzi? -grita horrorizada-
-Noo ¿Por quién me tomas? -le doy un empujón-
-Aham -fulmino a Andrew con la mirada- Perdón no trituré la cereza lo suficiente.
Será gilipollas. Pero está tan bueno...
Matheo hace otro batido para Melody, se lo he quitado porque tenía intenciones de terminárselo y se ha puesto a fingir que lloraba. Ahora nos encontramos los tres tumbados en el sofá contando anécdotas que nos han ocurrido durante los partidos.
-Ahora enserio, ¿qué habéis hecho cuando estabais solos? -insiste-
-No hemos hecho nada. Confía en mí -me cree-
-Pero eso no significa que no lo hagamos en un tiempo -las dos miramos hacia Andrew, Melody me echa una mirada que me paraliza y yo le pego una patada en el brazo al gilipollas que hace que pierda los papeles con solo decir una frase.
Ya no hay vuelta atrás.
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vértigo y susurros
Novela JuvenilMaddie es una joven de veinte años que estudia medicina y en su tiempo libre es la capitana del equipo de vóleibol, siempre ha odiado a los jugadores de Rugby pero en especial a Matheo, el capitán del equipo y novio de Rachel, la persona más insopor...