Capítulo 26

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ALLEGRA


Necesito que me acompañen a mi despacho, inmediatamente.


Astra me mira sin saber qué hacer o cómo solucionarlo, muerde su labio inferior con expresión atormentada. Sé que su intención ha sido darle una lección a Lorenzo, pero con ello me ha arrastrado con él. Ahora se culpará a sí misma por ello.

A ver, es cierto que mi manera de actuar no ha sido la mejor, pero se merecía todo lo que le ha pasado esta noche. Si los docentes no son capaces de adoptar una mente objetiva y castigar la conducta que Lorenzo tiene, alguien debe de hacerlo. No es que yo considere que está en mi mano hacerlo, no me creo con el derecho de ser esa persona que le dé un escarmiento, simplemente creo que he sido su karma esta noche. Aunque me ha salido el tiro por la culata.

En silencio, seguimos a la directora, ni siquiera Lorenzo, quien suele desafiarla día sí y día también, se atreve a rechistar. En cambio, puedo sentir las miradas que me echa por el rabillo del ojo, de manera muy poco discreta. Murmura algo mientras lo hace, pero es mejor hacer caso omiso, me niego a caer en su juego una vez más, solo me trae problemas, por muy tentador que sea contestarle.

Lorenzo entra antes que yo en el despacho, ni para eso es un caballero, así que me toca a mí cerrar la puerta. Una vez frente a ella, sus ojos se desplazan del uno a otro, juzgándonos silenciosamente antes de comenzar a hablar.


— ¿Saben qué hora es?


La verdad es que no tengo ni la menor idea, aunque, teniendo en cuenta de que la fiesta empezó bastante tarde y que eso fue hace mucho rato... Deben ser las 3 de la madrugada, mínimo.

No puedo apartar la vista de ella, lleva el pijama puesto, seguramente acaba de salir de la cama. Tiene bolsas bajo sus ojos por el cansancio y su cabello está envuelto en varios rulos. ¿Cómo apoya la cabeza en la almohada? Qué incómodo.


— Cada día de entrenamiento me llegan, mínimo, 2 quejas por parte de algún alumno que ha tenido la mala suerte de cruzarse en vuestro camino. Dicen que ustedes dos forman un ambiente muy antiacadémico, sobre todo con el numerito del último entrenamiento.


Yo no tengo nada que aportar. Ni siquiera me había dado cuenta de ello, no sabía que nuestras disputas habían causado tanto revuelo entre el los demás. Sinceramente, no me parecía para tanto.

Vale, puede que Lorenzo y yo hayamos discutido en varias ocasiones, ¿pero hacer un ambiente antiacadémico? Eso ya es pasarse.


— He estado ignorando todo eso porque me parecían exageraciones, pero tras lo visto esta noche, las quejas tienen toda la razón.

— ¿Vas a expulsarnos o no? —Nunca he sabido de dónde saca Lorenzo el coraje para hablarle de esa forma a la directora.

— Lo he estado pensando de camino a mi despacho. —La miro fijamente, con una mezcla de impaciencia y expectativa, esperando ansiosamente su respuesta.— He decido que aún tienen mucho potencial por explotar y que se merecen una segunda oportunidad.


Descargo todo el aire que estaba manteniendo preso en mis pulmones por el miedo, cerrando mis ojos un par de segundos en forma de alivio. Gracias a cualquiera que esté arriba, si es que hay alguien.

Vuelvo a abrirlos, lista para descubrir qué tiene que decir y cómo continuará su discurso, porque alguna consecuencia tiene que haber.


— Pero como comprenderán, sí que realizarán ciertas ???? disciplinarias para poder mejorar su ???? uno frente a otro. O, al menos, hasta que logren no querer matarse cada vez que se ven.


Tanto Lorenzo y yo hacemos un gesto de desagrado ante la idea, echando la cabeza hacia atrás. ¿Tener que soportarnos? Eso nunca va a pasar. La verdad es que no entiendo cómo hemos llegado hasta este punto, no recuerdo el momento exacto en el que habíamos conseguido llevarnos tan mal. Ah bueno, seguramente se deba a una acumulación de cosas, como aquel primer día que me tiró al suelo nada más conocerme, aquella pelea en el entrenamiento... Pero todavía sigo sin ser consciente del motivo por el que se comporta de esta manera conmigo, nunca antes habíamos hablado como para empezar con tal mal pie. Que Angus tampoco me dé ninguna explicación solo quiere decir que él tampoco lo sabe, y eso que es su mejor amigo. Bueno, tampoco se puede justificar las acciones de mierdas con los traumas.


— Es por eso que mañana, sábado, y el domingo pasarán todo el día juntos. El sábado ayudarán en las cocinas y el domingo harán una tutoría de entrenamiento a un grupo muy especial.

Try Me © [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora