Capítulo 25

37 12 0
                                    

ENZO

Mi piernas quedan colgando en cuanto me siento sobre el bajo muro frente al pabellón. Apoyo la bebida a mi lado y dejo caer un poco mi espalda, agarrándome a los ladrillos sobresalientes para no caerme y cerrando mis ojos para disfrutar un poco de la brisa nocturna.


— En serio, tío. A veces tienes que empezar a pasar de las cosas que dice la directora. Lleva muchos años siéndolo y nunca ha pasado nada malo. —Angus se apoya en la pared de ladrillo frente a mí.— Quizá le estás dando demasiadas vueltas.

— Puede ser. Pero aún así... —Miro mi vaso ya casi vacío, me he bebido el contenido casi de un solo trago.— Gracias por la fiesta, en serio. No me lo esperaba.


Sonrío suavemente mientras me giro para mirar a la puerta del lugar, todos están dentro bailando. Angus y yo hemos salido un rato para tomar el aire, ya comenzaba a agobiarme rodeado de gente.

Relamo mis labios otra vez. Doy vueltas al vaso, viendo cómo el poco líquido que queda se mueve de un lado a otro. Quería aprovechar que estábamos a solas para hablar del tema, pensando que obtendría una nueva perspectiva de todo. Pero todo ha resultado en él, nuevamente, defendiendo a su querida directora.


— Por cierto, ¿todo bien con la pelirroja?

— ¿La pelirroja? —Pregunto yo, alzando la mirada.

— Nessa.

—Ah coño. —Miro al cielo esta vez, encogiéndome de hombros.— No tengo ni puta idea. Tampoco me apetece pensar en ello, sinceramente. Ya me he estado comiendo la cabeza estos últimos días con ello, me apetece desconectar un poco.


Angus se acerca a mí y se sienta a mi otro lado para no tirar mi bebida. Me toma de los hombros para acercarme a él. No sé si intentaba darme un abrazo o fusionarse conmigo, pero da muy mal rollo.

Cuando se separa, hace lo mismo que yo y se deja caer sobre el muro.


—¿Qué tal has pasado tu día? —Quiere cambiar de tema, pero tampoco es la mejor pregunta para hacer ahora mismo.

— Bueno... No ha sido el mejor, la verdad. —Angus me mira atentamente, esperando mi explicación, así que sigo hablando.— Mi madre me ha llamado.

— Hostia. —Se incorpora de golpe con una expresión de preocupación en su rostro.— ¿Qué quería?

— La misma mierda de siempre. Nunca cambia.

— Igual lo está intentado.

— Qué va, esa mujer no tiene remedio ninguno. Está enferma. —Escupo a la hierba.— Cambiemos de tema, anda...


Miro a otro lado, avergonzado. Odio estos momentos tan íntimos, me obligan a abrirme, cosa que detesto profundamente. Independientemente con quién sea, mis mierdas me las guardo para mí, muchas gracias. Si el resto quiere contar su basura, me parece muy bien y muy saludable, pero qué quieres que te diga, mis cosas no le tienen por qué interesar a nadie. Luego lo utilizan en tu contra, por muy mejor amigo que sea.

Angus ha tenido el ''placer'' de conocer a mis padres, sabe cómo son, conoce su naturaleza y sabe que jamás cambiarán para bien, que son falsas esperanzas que nos damos sin fundamento ninguno. Si encuentran algo, la más mínima cosa, para compararme con Angus, no pierden su puta oportunidad. Ojalá fuera eso lo único que hicieran, en realidad. Por eso he decidido alejarme lo máximo posible de casa, ir de visita cuanto menos mejor y vivir mi puta vida, aquí, en un lugar que todavía no me decido si me gusta más o menos.

Try Me © [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora