Capítulo 11

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Solo Anila se sorprende ante la inesperada interrupción, como si hubiera recibido el mayor susto de su existencia. Astra y yo nos mantenemos impasibles y en absoluto silencio, fijando la mirada en la directora Linton, cuya impaciencia se manifiesta en la manera tan inquieta en la que se mueve.


— He venido para hablar con la enfermera, ¿qué hacéis las tres aquí? Señorita de Heispaasiam, ¿no debería estar en clase?

— Simplemente estaba preocupada por Allegra y me he excusado.

— Pues será mejor que vuelva ahora mismo a clase, antes de que se lleve una amonestación. –La rubia se levanta en cuanto le dice aquello, pero no se marcha del lugar, sino que permanece de pie, apartada a un lado.– Y me gustaría hablar contigo, Vaduva. Sobre el joven Soleri.

''De hecho, hemos estado hablando de él.''

— ¿Por qué no me sorprende?. —La directora cierra sus ojos junto con un suspiro, seguramente harta de todas las quejas que le lleguen de Lorenzo.— Me han llegado varias quejas entre ayer y hoy. Soleri me ha informado de que ayer tuvieron un pequeño percance, fue a pedirle perdón y lo agredió. Pero quiero saber su versión, Han, ¿qué ha sucedido?


Astra asume el turno de palabra con el aplomo de una líder innata, examinándonos a todas una por una antes de posar su mirada en la directora. Tras inhalar profundamente, comienza a hablar con una gracia y carisma que le corresponden por derecho propio.


''Lorenzo se está comportando de una manera más que inadecuada para la edad que tiene, no deja de incordiar a Allegra y de hacerla sentir mal. Me temo que está rozando el acoso''.


Anila gatea hasta dejarse caer a mi lado y me abraza entre sus brazos. Con suerte, Astra podrá resolver todo este asunto y hacerle entender a la directora que el comportamiento de Lorenzo es inaceptable. Sinceramente, no quería que esto llegara a oídos de la directora. Esperaba que Lorenzo se olvidara de mi existencia con el tiempo o confiaba en poder solucionarlo todo en privado.


– Esa es una acusación muy grave, señorita De Nihapais. Además, le he pedido a la señorita Han que me lo explique, por favor, déjela hablar. ¿Es cierto que lo agredió? –Asiento con la cabeza, no iba a seguir negándolo. Sé que le afectó de alguna manera lo que le hice anoche, aunque no tenga ni idea de cómo o porqué.– ¿Por qué?

– ''Me puse nerviosa, me estresé porque él iba borracho y sin querer usé mis poderes contra él.'' –Mentí tajantemente.–


Es cierto que él estaba ebrio, pero yo no utilicé mis poderes a propósito. Ni siquiera estoy segura de haberlos utilizado en absoluto; todo sucedió tan rápido que sigo confundida. Tengo un recuerdo borroso, como si yo también hubiera estado bebiendo.

La directora no dijo nada en un rato, y cuando hubo pensando en cómo tomar cartas en el asunto, me echó la bronca por el uso indebido de mis poderes.


Sabe que está terminantemente prohibido que las hadas empleen sus poderes en un horario fuera de clase. –Asiento con la cabeza, arrepentida. Claro que lo sé, ¿pero qué más podía decir?– Informaré a la enfermera de eso, quizá tenga que ver con lo ocurrido el día de hoy. –Hizo el ademán de marcharse, pero regresó de nuevo a su sitio.– Pueden marcharse a clase, o a donde sea que les toque según sus horarios. –¿No iba a penalizarme? Me pongo de pie más rápido que una bala, no quiero tentar a la suerte.– Por hoy no será penalizada, señorita Vaduva. Pero queda avisada, de la misma manera que mantendré una pequeña charla con Soleri.

Try Me © [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora