Try Me © [LIBRO 1]

Capítulo 24

ALLEGRA

Rodeo el sofá y atravieso la sala en busca de cualquiera de las dos. Primero reviso los dormitorios, pero no encuentro a ninguna. Cuando descarto los tres, solo me queda por mirar en el baño. Me dirijo directamente hacia allí y, sin llamar, abro la puerta.

No me da tiempo a dar ni un paso dentro, la imagen que veo me hace sobresaltarme y volver a cerrar la puerta de inmediato: Quinn sentada en la taza del váter, sin pantalón y con las piernas abiertas. Entre ellas, Maylea.

Me alejo lo más rápido posible de ahí, pidiendo perdón mentalmente mil veces.

— ''¿Qué ocurre, Allegra? ¿Qué has visto?'' —Astra corre hasta la puerta y hace el amago de girar el pomo para abrir.

—''No entres, no entres.'' –Mi expresión debe ser un poema. Esto la detiene lo suficiente como para darles tiempo a las otras dos de salir.

La primera en hacerlo es Maylea, con su cabello recogido en una coleta y las mangas de su fina camiseta remangadas hasta los codos, aunque se le deslizan lentamente hacia abajo. Luego, deja paso a Quinn, quien sale en bragas, sacudiendo su pantalón vaquero en el aire. No me atrevo a decir nada, estoy muerta de la vergüenza.

Se quedan inmóviles cuando nos ven, Quinn aún con el pantalón en el aire. Rápidamente, baja los brazos, visiblemente avergonzada, y se tapa como puede. Cuando extiende su pantalón sobre sus piernas para cubrirse, noto que está completamente empapado. La situación se está volviendo más ridícula por momentos.

— ''Prometo que no he visto nada.'' –Me aventuro a decir.

— ''¿De qué estás hablando?'' –Maylea se ríe.—''¿Estás roja?'' –Se acerca a mí.

Señalo la puerta del baño y luego junto mis dos manos en forma de disculpa. Esto me pasa por tener la mala costumbre de no llamar a las puertas.

—''No te entiendo, Allegra.''

—¿Qué hacíais ahí dentro, que ha salido Quinn sin pantalones? –Pregunta Ondine por fin para sacarse de dudas, porque está claro que yo no pienso decir nada.

Maylea mira los pantalones de Quinn, quien sigue tapándose como puede, luego a nosotras e inmediatamente se echa a reír.

—Por favor...

Su risa le impide continuar hablando. Tenemos que esperar a que recupere su compostura para que nos explique todo esto, así que mientras se limpia las lágrimas con los dedos, Quinn se adelanta.

—Me he tirado el café por encima y me he quemado la pierna. –Poco a poco se va alejando, sin darnos la espalda, andando como un cangrejo hacia su dormitorio.—Maylea me estaba curando la quemadura justo cuando has entrado. –Eso explica el por qué estaba sin pantalones y por qué su taza estaba vacía.

—''¿De qué se ríe tanto?'' –Se cuestiona Astra refiriéndose a Maylea, a quien aún se le escapa alguna risilla tonta al pensar en ello.

—''Nada nada, es igual.'' –Cuando deja de reírse me mira y niega con la cabeza, conteniendo una sonrisa. No me puedo creer que haya mal pensado todo, qué vergüenza.