Capítulo 13

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Desde esa conversación, la semana ha transcurrido de manera fugaz. No hemos abordado nuevamente ningún tema relacionado con la Gran Guerra, que hace que a Anila se le erice la piel cada vez que se menciona algo relacionado con ello. Sin embargo, Astra continúa con sus labores, dedicando tiempo a leer sobre el tema siempre que tiene la oportunidad, y se esfuerza por ser lo más objetiva y eficiente posible, aunque nunca lo menciona explícitamente.

Las clases cada vez son más desafiantes, intento mantener el ritmo e ir al día, pero es más complicado de lo que parece. Al ser mi primer curso, imaginé que sería más introductorio, pero parece ser que se necesitan bastantes conocimientos que no poseo por no haber asistido a una escuela especializada en la raza feérica.

Cada día que pasa, me vuelvo más hábil en lo que a mis alas se refiere, todo gracias a las clases de Introducción al vuelo; incluso he llegado a levitar un poco, de lo cual estoy realmente orgullosa. La clase de vuelo es una parte esencial en los cuatro cursos de formación, ya que nos permite adquirir la velocidad y agilidad suficiente para huir de algunos animales que se entretienen cazando hadas y para sobrevivir en la naturaleza teniendo un tamaño diminuto.

Maylea, que está sentada a mi lado, charla con Astra sobre sus avances en el trabajo de Historia de la Literatura. La rubia da un mordisco a un pequeño pastelillo que se ha comprado en la cafetería para merendar y, cuando deja lo que le queda sobre un platito, sacude la carpeta que reposa sobre sus piernas para asegurarse de que no quede ninguna migaja sobre ella que pueda manchar. Luego, de dentro, saca un papel enorme, que parece la misma lista que Quinn tenía la semana pasada, esa por la que reía tanto el otro día.


''Por cierto, Allegra.'' –Juega con la tapa de su bolígrafo.– ''¿Te has apuntado al torneo al final?''


En ningún momento he mencionado que vaya a apuntarme. ¿Cómo podría hacerlo si existe la posibilidad de que me descalifiquen en un instante? Prefiero quedarme en las gradas y simplemente observar. No quiero correr el riesgo de hacer el ridículo.


— ¡Es verdad! No te vi en la lista, se me olvidó preguntarte. Pero tienes que darte prisa. —Añade May.—

– ''¿Qué lista?'' –Casi se me escapa la risa.– ''¿Estáis locas? No pienso apuntarme al torneo ese.''

– ''¿Por qué no? No pierdes nada por intentarlo, pero puedes ganar mucho.'' –

– ''¿Que no pierdo nada? Espera que piense...'' –Llevo mi mano a mi barbilla, imitando el gesto de pensar. – ''Mi dignidad...''

– ''Qué exagerada. Es solo un torneo, Allegra. ''

''Escúchame, Astra. Aunque quiera, hay dos problemas.''

– ''¿Cuáles?''

– ''El primero: Los de primero no podemos participar.'' –Astra y Maylea me miran como si fuera una tontería.

– ''Eso no es cierto. No se recomienda porque no es muy probable, pero no hay nada que te lo pueda impedir''.

– ''Segundo: Ni siquiera tengo pareja. No conozco a ningún hastae.''

''¿Y eso es un problema?'' –Arregla su postura y se acomoda mejor, esta vez orientando su cuerpo hacia mí y apoyando su brazo en el respaldo del sofá.– ''Tú puedes apuntar sin pareja, luego se te asigna un hastae aleatorio.''

– ''¿Y tú crees que voy a ser capaz de interactuar con una persona desconocida? ¿Quieres que me muera?''


Try Me © [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora