Capítulo 1

363 55 139
                                    


Pequeño inciso:

????? = Aquello que Allegra no entiende cuando le hablan.

"Xxxxxxxxxxxx" =Aquello que está siendo contado mediante lengua de signos (Cursiva entre comillas)

Xxxxxxxx = Aquello que está siendo interpretado para que Allegra lo entienda. (Cursiva)


ALLEGRA

Miro por tercera vez consecutiva la pantalla de mi móvil, ahí se indica a la perfección el número de mi habitación, pero me cuesta recordarlo por los nervios.

Eso y que me encuentro completamente perdida por los pasillos de la universidad. Todos parecen estar tan seguros de saber a dónde se dirigen, a pesar de que es muy notable el temor, desesperación y nerviosismo en algunos de ellos.

Cargo con una maleta y un par de bolsas de mano, atravesando los grandes grupos de gente. Estoy atenta al número de las habitaciones que se indica en cada una de las puertas, pero parece que tendría que andar bastante hasta que llegar a la mía, me ha tocado la 306, y todavía me encuentro por la 200. Si bien hay alguna manera más sencilla de llegar, no la conozco, y no quiero arriesgarme a que me gasten alguna broma y me envíen en dirección contraria. Otra vez.

Me toca subir otra vez las escaleras. Irritada, me detengo en el descansillo para tomar algo de aire, cargar con todo mi equipaje cuatro pisos no lo encuentro divertido. Dejo en el suelo todo lo que me había traído e intento estirar un poco mi espalda para deshacerme del dolor que empieza a acumularse en la parte baja de esta. Mientras lo hago, ocupando el mínimo espacio posible para dejar pasar al resto de gente, me fijo en un pequeño cartel colgado en la pared. En este se indican dirección de las habitaciones.

''Sólo hay que subir un piso más, Allegra'' me digo a mí misma en un intento de animarme. Siento que ahora tengo más fuerza, aunque en el fondo supiera que era algo psicológico, así que recojo la gran maleta con una de mis manos y las bolsas de mano con la otra; y comienzo a subir otro más, el último piso.

El pasillo se parte en 2, así que, jugándomela, tomo el camino de la derecha. Localizo el número de la primera puerta y de la siguiente, eran números pares, al igual que las de enfrente. Mi habitación no podía estar mucho más lejos.

Cuando llego a mi puerta, dejo con cuidado en el suelo las bolsas para rebuscar la llave en mi bolsillo. Comienzo, entonces, a arrepentirme de no haber dejado a mi padre acompañarme hasta aquí, todo hubiera sido mucho más fácil. Giro la llave en la cerradura, teniendo éxito en mi primer intento. A esas alturas, ya pensaba que se me rompería la llave o cualquier otra desgracia.

Abro completamente la puerta para poder pasar con todo el equipaje, el cual llevo hasta lo que parecía ser un salón. Me detengo, aún sin entrar, unos instantes para hacer apreciación de la pedazo de habitación que me ha tocado, era exactamente a cómo me imaginaba el salón de una maldita princesa. El suelo casi deslumbra, a saber cuántas veces han pasado la mopa, y en el centro hay un par de sofás, uno frente al otro, de color crema, un color para todos los gustos. Me acerco un poco a estos ya que entre medio se encuentra una mesita de cristal, muy elegante y llena de revistas. Está claro que ya han llegado las primeras, aunque parece haber nadie en el lugar ahora mismo.

El salón da a varias habitaciones más que tienen las puertas cerradas, y comienzo a preguntarme sobre mis compañeras de piso. ¿Habría ya alguna ocupando algún cuarto? ¿Cuántas seríamos? Cómo no iba a tener ninguna respuesta quedándome ahí quieta, decido comprobarlo por mí misma, así podría ver cuál sería mi cama. Es lo único que me interesa saber.

Try Me © [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora