— Dijiste que lograríamos ir solas. —Protesta Ondine cargando con su mochila.
— No, ''dije que lograríamos ir.'' —Dice Astra a la vez que le entrega a uno de sus guardias su mochila— ''Pero si lo prefieres, puedes quedarte aquí mientras las demás disfrutamos de unos días de relax en Umanlyra. ¿Bien?''
— No...
— ''Pues entonces calla y sube al tren. Ya bastante tengo con estos.''
La idea de que los guardias nos acompañaran fue de la reina, no iba a permitir que su única hija y heredera al trono se la jugara y fuera sin protección. A Linton le pareció una idea estupenda porque ella misma no podía dejar el colegio y no puede correr el riesgo de que le ocurra algo. Es decir, confían en que los guardias nos mantendrán la mantendrán del peligro.
Cada una nos sentamos en el sitio que nos corresponde, ocupando en total 6 asientos. El tren va completamente vacío, nunca lo he visto tan solitario. Para nuestra suerte, esto nos permitirá hablar de asiento en asiento sin que nadie perturbe nuestra paz.
Anila es la última en subir su maleta a uno de los estantes situados en el lateral superior del tren. El resto lo habíamos hecho igual, a excepción de Astra, porque su maleta es bastante más grande y el espacio no da más de sí, así que la ha tenido que subir a uno de los estantes de la entrada.
— Entonces... ¿Tenemos algún plan en concreto para estas vacaciones? —Pregunta Ondine.
— ''Simplemente es una excursión de amigas.'' —Admite Astra con una sonrisa.— ''El padre de Allegra ha sido muy amable al ofrecernos alojamiento de forma gratuita, así que podremos gastar el dinero en algún museo o alguna cosa del centro.''
— ''Mi casa no está en el centro, así que mi padre va a venir a buscarnos en la furgoneta. Mi pueblo es un lugar muy histórico y viejo, así que seguramente haya algún que otro turista. De todas maneras, no está lejos del centro, podemos ir en autobús como los humanos.''
Todas parecen estar de acuerdo con el plan de ir al centro, Ondine comienza a buscar lugares donde comer alguna comida típica al gusto de todas y Astra busca horarios de recintos.
Ahora mi única preocupación es la traducción de idiomas. Confío en las capacidades lingüísticas de Maylea, pero mi padre habla con un acento mucho más cerrado, así que a veces es difícil entenderle si eres de fuera y eso hace todo mucho más complicado. Más aún teniendo en cuenta que el resto no saben nada de mi idioma, y no las culpo, mucho tienen ya con tener que aprender la lengua de signos de Heispaasiam.
La pobre de Maylea va a tener unas vacaciones duras.
El trayecto es de tres horas y de alguna forma u otra debemos distraernos, porque no veo muy viable el estar 3 horas seguidas hablando y mucho menos a las horas que son. Anila saca un libro de su mochila, está en una lengua que no conozco, supongo que su lengua materna. ¿No tiene sueño? Yo estoy reventada, apenas he dormido por los nervios que me ha causado la visita de Lorenzo de ayer por la noche, además de todo el tema del intruso y el ataque.
Me recuesto sobre mi asiento, incómoda por lo pequeños que son y lo mal que están hechos para reposar mis alas, tendría que haber pedido uno más grande. Miro a las demás para comprobar si les ha pasado lo mismo que a mí. A mi derecha, Maylea tiene sus ojos cerrados, con unos auriculares que la mantienen alejada de la realidad. Es una suerte que sea ella la que esté sentada a mi lado, está muy tranquila y su mente está en blanco, por lo que a la larga se me acabará pegando su tranquilidad. No parece tener ningún problema con sus alas, lo cual es normal, porque las alas de las hadas naturales tienden a ser mucho más resistentes que las de las demás, así que es muy probable que no sienta absolutamente nada.
Me doy la vuelta hacia la ventana, poniéndome de lado y recostando el asiento, no tengo a nadie atrás, así que no molestará. De esta manera, mis alas no se aplastan tanto como antes. Apoyo mi cabeza sobre el respaldo, necesito echar una cabezadita.
Cierro mis ojos, dando gracias a que todavía está amaneciendo y apenas hay luz solar. Tardo 30 segundos en volver a abrirlos por culpa de mis pensamientos intrusivos, me preocupa nuestro bienestar, el de todas. Lo que estuvimos hablando con Lorenzo tiene todo el sentido del mundo, lo más probable es que no fuera nada de lo que preocuparnos y yo fui, como dijo él, un daño colateral. ¿Pero y si se equivoca? ¿Y si las estoy poniendo en peligro?
Es desesperante. Llevo mis manos a la boca, como de costumbre, y comienzo a morderme las uñas, o al menos lo que me quedan de ellas. Las preguntas inundan mi cabeza con cientos de posibilidades aleatorias sobre futuros alternativos en los cuales, en la mayoría, acabo achicharrada.
Ahora que sé, al cien por cien, que no fui producto de mi imaginación, que no era solo una teoría, cada vez que intento concentrarme en cualquier otra cosa, imágenes de fuego saltan a mi mente, como un anuncio pop—up, alimentando mi miedo.
El fuego y los incendios siempre han sido uno de mis mayores temores. Me traen recuerdos terribles de mi niñez, pesadillas que solo deseo olvidar.
Mi mano derecha tamborilea incesantemente mi pierna, como un tic nervioso con vida propia. Mientras tanto, mi suela golpea el suelo rápidamente y sin pausa. Es mi manera de lidiar con mi tensión ahora que no cuento con más opciones. Aún es demasiado pronto como para tener vistas por la ventana que pudieran distraerme, todavía está todo oscuro, y la cobertura comienza a empeorar por momentos.
Vuelvo a cerrar mis ojos, tratando de respirar profundamente como siempre se dice, aunque sé que no va a funcionar, no en un momento como este.
Abro mis ojos de golpe al sentir una mano sobre la mía, deteniendo mi toque sobre mi muslo. Maylea me mira preocupada.
— ''¿Por qué estás tan alterada?''
— ''¿Alterada? ¿Yo?'' —Trato de fingir, pero incluso la persona más distraída puede darse cuenta de que estoy al borde de un maldito ataque de nervios.—
— ''No soy un hada de la mente, desde luego, pero sé cuando una amiga se encuentra mal''
— ''No te preocupes, vuelve a dormirte.''
— ''Estás haciendo vibrar ambos asientos. Estás nerviosa, se te nota en la cara. ¿Es por la pesadilla aquella?'' —Me encojo de hombros, tratando de evadir la pregunta. No puedo decirle que realmente no había sido una pesadilla y que mi miedo es real.— ''Bueno, dame la mano e intenta dormirte. ¿Vale? Aún es muy pronto y quedan 3 horas y pico para llegar, necesitas descansar.''
Con eso último, ella vuelve a quedarse dormida, esta vez aferrándose a mí, con su mano sobre la mía, transmitiendo un poco de calma en medio de mi agitación interna.
Pensativa, me apoyo en el ventanal.
Todo saldrá bien
Usaría esa frase, pero es bastante recurrente en las películas, sobre todo por aquellos personajes a los que les coges un gran cariño y PUM, muere de la forma más lenta y dolorosa posible. Así que prefiero prevenir cualquier mal.
Mis ojos comienzan a pesar, la sensación de cansancio invade mi cuerpo. Antes de cerrar mis ojos de forma definitiva, miro una vez más a Maylea, quien sonríe. Al menos una de las dos está feliz.
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Try Me © [LIBRO 1]
Romance¿Hadas y humanos conviviendo juntos? Impensable, pero cierto. Tras muchas batallas entre ambos bandos, lograron unificarse y firmar la paz, creando así el Regnum Solis. Allegra Vaduva es un hada sorda que ha recibido el don de la empatía y de la men...