ALLEGRA
Ya todos los participantes del torneo estamos presentes, han reservado ambos campos para poder entrenar sin que nadie estorbe.
— ''Corazones, os dejamos. Buena suerte.'' –Se despide Maylea, que nos ha acompañado a Anila y a mí hasta las pistas.
— ''La voy a necesitar.''
Anila y yo nos miramos entre nosotras antes de colarnos en el cúmulo de gente. No es mi primer entrenamiento, pero cada vez son más duros y requieren de más fuerza física y voluntad, cosa de la que carezco. Además, hoy he dormido fatal, sé que el día de hoy va a ser un completo desastre lo mire por donde lo mire.
Todos estamos alrededor de Rogers, que revisa la lista y nos mira uno a uno, de esa manera nos localiza y comprueba nuestra presencia en la clase.
— ¡MUY BIEN, GANDULES! –Grita, tratando de captar nuestra atención. Algunos rebotan del susto y otros se ríen de esa gente.— Por favor, seriedad...
Anila y yo hemos logrado avanzar hasta primera fila. Bueno, Anila nos había facilitado el camino con su brutalidad, yo, simplemente, he sabido aprovecharlo. Como Rogers se gira para intentar hablarnos a todos, hay parte de la información que se pierde por el camino.
— Me gustaría que os pusiérais con vuestras parejas...
Lorenzo cruza el círculo, por medio de todo el mundo para llegar a mi lado, ni siquiera espera a que Rogers termine de explicar los ejercicios, ni siquiera por educación. Se ve que no quiere perder el tiempo y que tiene tantas ganas como yo de estar juntos –nótese el sarcasmo–. Me agarra del brazo para alejarme del resto de gente, una bonita costumbre suya que un día de estos tengo que echarle en cara. No me resisto, me dejo arrastrar, fijándome en sus andares. ¿Siempre ha caminado tan raro?
Cuando detiene su marcha, quedamos cara a cara.
— Debo ir a por mi arma. –Mira hacia atrás, donde se encuentra el cobertizo y luego se vuelve hacia mí.– Espera aquí, ahora vengo.
Hago lo que me pide y me quedo en mi sitio, de brazos cruzados, viendo cómo marcha junto con otros hastae al viejo cobertizo. Va con calma, no tiene prisa alguna, espera pacientemente su turno de coger su arma. ¿Me quieres decir que me ha arrastrado, literalmente, fuera de la gente, casi arrancándome el brazo, para luego tomarse todo el tiempo del mundo en coger su arma? En fin.
Para distraerme, en lo que vuelve, me dedico a observar las nubes, dejando que el poco aire que hay me aparte el pelo, que me ha sobrado de la coleta, de la cara. Me abrazo a mí misma, el uniforme de entrenamiento no es aislante, así que si no me muevo en un par de minutos, me voy a congelar.
Intento entrar en calor balanceándose hacia delante y detrás, levantando las puntas o los talones del suelo, mientras froto mis brazos con mis manos para recibir algo de calor.
Pensándolo bien, está claro que, si llegamos a algo, será gracias a él. Es fuerte, rápido, y uno de los mejores, algo que yo, desde luego, no soy. Sin embargo, en cuanto nos toque contra Anila y Angus, que se han apuntado juntos, para la sorpresa de nadie, estamos completamente perdidos. Anila suele recurrir mucho a la fuerza bruta, con una buena estrategia podríamos dejarla K.O. pero Angus es otra historia. Si tuviera que apostar por alguien, sin duda sería por el rubio. No soy la única que lo piensa, no por nada es considerado la promesa de los hastae.
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Try Me © [LIBRO 1]
Romance¿Hadas y humanos conviviendo juntos? Impensable, pero cierto. Tras muchas batallas entre ambos bandos, lograron unificarse y firmar la paz, creando así el Regnum Solis. Allegra Vaduva es un hada sorda que ha recibido el don de la empatía y de la men...