Try Me © [LIBRO 1]

Capítulo 17

ALLEGRA

Despierto sobresaltada, levantando la cabeza de la mesa con un rápido movimiento, cuando siento cómo alguien acaricia mi espalda. La luz artificial daña mis ojos, tengo que volver a cerrarlos para reponerme.

Mi cuerpo está mojado por el sudor, es una sensación bastante desagradable de par de mañana, y la cabeza me palpita de dolor. Paso mi mano por mi frente para quitar todo rastro del maloliente sudor.

Me limpio las manos en el pijama y después me froto los ojos para poder desperezarme de una vez por todas. Lo primero que veo con la vista borrosa fue la oscura piel de Anila, para después enfocar su cara poco a poco. Me toma más tiempo del que pensé que me tomaría,mi cuerpo llevaba tiempo pidiéndome un descanso y me ha pasado factura.

Me llevo la otra mano a la cabeza, intentando recordar lo que sucedió ayer. Recuerdo haber cogido mi chaqueta y haber salido del cuarto y luego...

— Buenos días, ????? . Ya es hora de bajar a ????? , ¿no crees? Yo quería ????? durmiendo, pero Maylea me ha ???? bronca y...

Mi cerebro reacciona instantáneamente, haciéndome caer del sofá a una velocidad increíble. Mi extraña manera de actuar y el golpe que me acabo de dar asustan a Anila, quien se acerca corriendo a mí para ofrecerme una ayudita. Mierda, ni siquiera me acuerdo de haberme quedado dormida en el sofá.

— Ey, ¿estás bien? — Miro alrededor, comprobando que en verdad estoy en mi cuarto.— Me parece que anoche te quedaste dormida practicando y has tenido una pesadilla.

Corro a mi cuarto. Las persianas están levantadas y las cortinas blancas están corridas por completo. Es casi de día, la luz del sol comienza a alcanzar nuestro dormitorio. Abro la ventana para asomarme por esta, aunque mira hacia el campo de entrenamiento. Anila me aleja de la ventana con cuidado, no he conseguido comprobar mi teoría. Lo de anoche... ¿Ha sido todo una pesadilla? 

¡Mis alas! Suelto el agarre de mi amiga para ponerme frente al espejo de cuerpo entero. Doy un par de vueltas, intentando verme las alas. Anoche me quemé las alas, aún siento ese dolor, demasiado real como para que haya sido una pesadilla. Aunque consigo verme las alas a la perfección, no hay ni rastro de quemaduras, o eso parece. Las siento pesadas, pero puede ser un efecto de la mañana, no tengo de qué preocuparme aún.

– ¿Te ocurre algo? –me dice a través del espejo.

Niego con la cabeza. No tiene sentido preocuparla por algo que no ha ocurrido. De cierto modo estoy muy aliviada de que todo haya sido producto de mi mente. No es la primera vez que me ocurre algo así. Antiguamente tenía pesadillas recurrentes con el fuego por culpa del accidente, la última fue hace muchos meses. Pensé que quizá se habrían acabado de una vez por todas, pero me equivoqué. Siempre vuelven.

– Son las 8 menos cuarto, será mejor que te vistas si quieres ir desayunada a clase.

Abro mi armario e intento conjuntar la ropa lo mejor que puedo a pesar de tener la cabeza en las nubes. Anila no se separa de mi lado en todo el rato, siento su preocupación a pesar de que insisto en que me encuentro bien.

— No sé si Astra va a ser capaz de ver tu modelito sin desmayarse. —Me dice para intentar hacerme reír. Me encojo de hombros, intentando quitarle importancia, pero la verdad es que sí que es feo.