Estoy sentada en una de las camillas de la enfermería mientras la enfermera habla con Anila. Me miran de reojo un par de veces mientras esta última relata lo sucedido y cuando termina, se acercan a mí.
— Veamos.
Al lado de la camilla se encuentra una mesilla que cuenta con varios productos de higiene, entre ellos una caja con guantes de látex de los que la enfermera saca un par y se los coloca. Seguidamente, agarra el otoscopio del bolsillo delantero de su bata blanca y asegura que la nueva boquilla esté bien colocada.
Me inserta el aparatejo ese en el oído, produciendo que mi cuerpo se contraiga un poco al sentir el frescor del plástico duro. Cuando se separa, me mira con una pequeña sonrisa.
– Todo está en orden, no te sangra ni nada. – Vuelve a meter el otoscopio en su bolsillo y se quita los guantes de látex antes de tirarlos a la basura.– Seguramente el tinnitus te dure unos minutos más, pero poco a poco irá desapareciendo.
– ¿Pero qué ha ocurrido eso? –Pregunta Anila por mí.
– Según mis conocimientos, no es algo raro. Cuando un hada excede sus límites, su cuerpo puede reaccionar de distintas maneras. –Me explica.– Normalmente, cuando ocurre esto, los poderes suelen desactivarse. Pero a veces, si es un esfuerzo mayor, se produce un ataque al sistema inmunológico.
La mujer no tarda en retirarse para atender a otros pacientes, entre ellos un hastae de primero que no deja de quejarse de su dolor de pierna.
– ¿Sigues mareada? –Asiento con la cabeza, y Anila acaricia mi pierna con cariño.– Te voy a traer algo de comer para que recuperes fuerzas, ¿vale? Quédate aquí y descansa, ya volveremos luego a clase.
Mi bolsa de deporte se encuentra bajo la mesilla al lado de la camilla, necesito contarle al resto lo que ha pasado para que no se preocupes. Me levanto, apoyándome en el colchón por si mi cuerpo decide amenazar con marearse de nuevo.
Me agacho a la altura de la bolsa y remuevo mis cosas de dentro en busca de mi móvil, aún sin dejar de pensar en todo lo sucedido. Puede que la enfermera haya dicho que se trata de algo común por el esfuerzo, pero no tiene sentido, esta mañana me he esforzado el triple y no me ha pasado nada.
No encuentro mi teléfono por mucho que busque entre mis cosas, remuevo todo: la ropa de recambio, mis bragas, incluso unas rodilleras, pero solo consigo ponerme de peor humor. ¿Se me ha olvidado en el cuarto cuando he ido a cambiarme? No estoy segura, más tarde volvería a mirar en la bolsa. Necesito relajarme.
Cuando me levanto, lo hago tan rápidamente que olvido que estoy debajo de la mesilla, lo que resulta en un golpe incómodo contra su borde. Aunque no duele demasiado, mi falta de previsión y cuidado contribuyen a empeorar mi humor. No puedo ser más torpe.
Me acaricio la coronilla en un intento de calmar el dolor del golpe, y estoy convencida de que me va a salir un chichón considerable. Dejo escapar un pequeño gemido de lamentación mientras retorno a la camilla. Lo mejor que puedo hacer es esperar a Anila, porque si continúo moviéndome, temo acabar rompiéndome algo.
Al girarme para sentarme, me encuentro con Lorenzo al otro lado de la camilla, observándome. Sus manos están detrás de su espalda mientras se balancea sutilmente, como si estuviera esperando algo.
¿Cuánto tiempo lleva aquí? No oculta su sonrisa, lo que me hace pensar que ha presenciado toda la escena. La vergüenza me invade.
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Try Me © [LIBRO 1]
Romance¿Hadas y humanos conviviendo juntos? Impensable, pero cierto. Tras muchas batallas entre ambos bandos, lograron unificarse y firmar la paz, creando así el Regnum Solis. Allegra Vaduva es un hada sorda que ha recibido el don de la empatía y de la men...